Miles de malagueños han recibido correos electrónicos con diferentes modelos de alegaciones al nuevo PGOU del PP

10/10/06 MÁLAGA. Los correos electrónicos comenzaron a circular en agosto cuando la prensa destapó las intenciones del alcalde de Málaga de recalificar una zona verde en uno de los símbolos de la ciudad, el monte Gibralfaro.

Miles de malagueños han recibido correos electrónicos con diferentes modelos de alegaciones al nuevo PGOU del PP

Ningún partido político ni asociación encabeza esta acción cibernética espontánea 

10/10/06 MÁLAGA. Los correos electrónicos comenzaron a circular a principios de agosto cuando la prensa destapó las intenciones del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, de recalificar unos terrenos en zona verde en uno de los símbolos de la ciudad, el monte Gibralfaro. Unos suelos propiedad del presidente de Aifos, Jesús Ruiz Casado, en los que el grupo inmobiliario proyecta construir 22 chalés de lujo. EL OBSERVADOR ha comprobado como en menos de dos meses se ha pasado de unos correos de protesta que alertaban del peligro que corría el pulmón de la ciudad a otros en los que se insta a los usuarios a presentar alegaciones al nuevo Plan General de Ordenación Urbana y en los que incluso figuran hasta tres modelos de cartas posibles. La circulación de estos emails aumenta conforme se acerca el 17 de octubre, fecha en la que expira el plazo para alegar contra el PGOU.

LA elaboración y difusión de estos mensajes no responde a una actuación premeditada desde alguna organización o institución. Más bien parece ser fruto de la indignación que produce esta operación urbanística en uno de los parajes más emblemáticos de Málaga. La informalidad e improvisación quedan patentes ya que son numerosos los reenvíos y las peticiones de hacer circular los mensajes entre el mayor número de personas. Tanto es así que los emails que han llegado a esta redacción han sido enviados por diferentes usuarios: profesores, artistas, intelectuales y ciudadanos anónimos que se hacían eco de la campaña.

DE tal forma que la primera alegación, cuya redacción deja entrever la irritación y el enfado de quien la escribe y en la que prima un estilo sentimental, ha sido sustituida por otros dos modelos, más razonados desde el punto de vista técnico, en los que se exponen los fundamentos de derecho y razones de índole política y social para solicitar la revocación del cambio de suelo verde a suelo urbanizable. Incluso se recuerda la fecha límite –17 de octubre– para presentar las alegaciones y se recomienda enviar una copia de la misma al Consejo Consultivo de la Junta de Andalucía, organismo del que dependerá la aprobación definitiva del nuevo PGOU. 

A nadie se le escapa que entre los numerosos aspectos que ha revolucionado Internet está también el de la protesta social y el de la participación ciudadana. Combinada con los medios de comunicación, la Red proporciona un sistema de información y comunicaciones que posibilita a los ciudadanos organizarse en torno a aspectos y actuaciones concretas que despiertan el rechazo popular.

JUNTO a la circulación de correos electrónicos han aparecido carteles en el centro histórico de Málaga que junto a la leyenda “Salvemos el Gibralfaro” escenifican un cambio en la fisonomía del escudo de la ciudad antes y después del PGOU. Como única autoría de los mismos figura el email Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

LA recalificación de 17.000 metros cuadrados de zona verde a urbanizable en Gibralfaro y la posible operación inmobiliaria que deja entrever ha sido uno de los cambios al PGOU más criticado a Francisco de la Torre. Desvelada a la opinión pública cuando apenas habían pasado unos pocos días de la puesta en libertad condicional bajo fianza de los directivos de Aifos detenidos en la ‘Operación Malaya’ contra la corrupción en Marbella, los gestos de rechazo no se hicieron esperar. Tanto los partidos de la oposición como numerosos colectivos vecinales, ecologistas, colegios profesionales e incluso la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía han tachado esta maniobra de “aberrante”, “tomadura de pelo” o “pelotazo”.

REPRODUCIMOS a continuación dos de los modelos de alegaciones que circulan por Internet:

MODELO Nº1

FULANITO/A DE TAL con D.N.I.         , empadronado en la Ciudad de Málaga y domicilio en …………………………………….. teléfono de contacto ……………., respetuosamente,

EXPONE:

Que desea presentar alegación al PGOU, dentro del plazo preceptivo, en el ámbito de cualquier modificación que recalifique una zona verde en el término municipal de Málaga y en concreto, en lo que respecta al Monte de Gibralfaro, en donde está prevista una modificación de más de 17.000 metros cuadrados en la falda del referido Monte, en donde se modifica, su actual estatus, de zona verde a suelo residencial con aprovechamiento lucrativo (la ficha establece un techo máximo edificable de 2.201,65m2T).

Que entre otras cuestiones que hacen inviable el uso residencial, baste señalar la insuficiencia de la red viaria existente o posible en la zona,  lo que generará o agravará los problemas de acceso a las viviendas ya existentes así como lo de redensificación que esta actuación conlleva, aumento de densidad que el Ayuntamiento debería evitar a toda costa en la Ciudad existente, más de lo que ya está. Tampoco se justifica la tipología que se propone ( CJ1).

Que la delimitación en el nuevo PGOU es confusa tanto en el plano de clasificaciones (a escala 1/5000) como en la correspondiente ficha, calificados como zona verde y ahora pasan al uso residencial, en concreto se incluyen SUNC-R-LE.13 del nuevo PGOU, ya que se divide en dos subzonas a las que no se hace ninguna referencia en el nuevo documento de PGOU que justifique dicha subdivisión. Asimismo, se excluye del ámbito una pequeña porción de terreno situada en el extremo oeste que no se justifica.

Que no se señala dónde se compensa la reducción de zonas verdes ni el incremento de techo edificable residencial, lo que es obligatorio según la regla 2ª  del art. 36.2.a) de la Ley de Ordenación Urbana de Andalucía (en adelante LOUA).  Dicha compensación debe producirse –según jurisprudencia- necesariamente en la misma zona donde se produce la eliminación de la zona verde o el aumento de densidad. No es aceptable, en ningún caso, que dicha compensación se produzca en otra  zona de la Ciudad, con independencia del carácter Local o General del sistema que se suprima.  Tampoco se justifica la previsión de uso residencial en la zona, justificación obligatoria a la vista de la regla 5ª del 36. punto 2.a). de la LOUA.

No se justifica en ningún momento las razones urbanísticas por las que se suprime dicha zona verde. En este sentido, dado que dicha zona verde funciona como pulmón de la ciudad, no sería relevantes ni la topografía ni su superficie (que por cierto no es tan escasa como se ha señalado en alguna declaración de los responsables municipales) para justificar su supresión.

Tampoco se podría justificar la supresión de dicha zona verde por el hecho de no haberse obtenido, pese al tiempo transcurrido desde su previsión inicial en el anterior planeamiento, porque dicha circunstancia más que argumento para justificar dicha supresión sería un argumento para cuestionar la gestión urbanística municipal, al no haber conseguido obtener  dicha zona verde para uso público por alguno de los mecanismos de gestión previstos en la legislación urbanística, alguno de los cuales hubiera permitido, incluso la obtención gratuita de estos suelos (por lo que tampoco su coste puede ser esgrimido como argumento para renunciar a su obtención).

La escasez de espacios libres en el casco urbano de nuestra ciudad, hacen necesaria la obtención efectiva de zonas verdes de carácter público y no sólo la de su previsión meramente formal en los planos, sin que sea  aceptable argumentar que la nueva calificación sea compatible con el mantenimiento de la masa arbórea existente,  a la vista del escaso acierto de actuaciones similares anteriores. Obviamente, si se construye, se produce la tala de árboles.

Málaga, 25 de septiembre de 2006. 

ILMO. SEÑOR ALCALDE PRESIDENTE DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE MÁLAGA.

 

MODELO Nº2

NOMBRE, APELLIDOS, DNI. DIRECCIÓN, TELEFONO DE CONTACTO.

EXPONE: 

Que desea presentar alegación al PGOU, dentro del plazo preceptivo, en el ámbito de cualquier modificación que recalifique una zona verde en el término municipal de Málaga y en concreto, en lo que respecta al Monte de Gibralfaro, en donde está prevista una modificación de más de 17.000 metros cuadrados en la falda del referido Monte, en donde se modifica, su actual estatus de zona verde a suelo residencial con aprovechamiento lucrativo (la ficha establece un techo máximo edificable de 2.201,65m2).

No se justifica en ningún momento las razones urbanísticas por las que se suprime dicha zona verde. En este sentido, dado que dicha zona verde funciona no sólo como pulmón de la ciudad, sino, también, como franja de protección de una zona paisajística de gran interés para la ciudad, no serían relevantes ni la topografía ni su superficie (que por cierto no es tan escasa como se ha señalado en alguna declaración de los responsables municipales) para justificar su supresión. 

Por otro lado, como ha dicho el propio Alcalde, ciertamente, “los recursos que son de los malagueños, los tenemos que administrar de la manera más inteligente posible” (Diario Málaga Hoy, 22/08/2006). Pero no parece que asaltar la base sentimental y de marketing turístico sobre la que se edifica la ciudad de Málaga, siquiera sea pasito a pasito, como lo hace la carcoma, sea lo más inteligente, ni desde una perspectiva ambiental ni, tampoco, desde una perspectiva económica y social a medio y largo plazo. Es de lamentar que el señor Alcalde se encuentre perdido en el corto plazo y en la rentabilidad inmediata, cuando no en la inconsistencia teórica o la contradicción manifiesta, cuando se atreve a decir que “ya hay bastante zona verde”. En este sentido, el objetivo de la sostenibilidad urbana, pretendidamente defendido por el consistorio, a través de su reciente y magnífico Observatorio del Medio Ambiente Urbano, queda en entredicho, pues nunca podría aplicarse mejor que en este caso que nos ocupa su axioma fundamental: la exigencia de conservación del patrimonio común de la ciudad para disfrute de futuras generaciones de malagueños. Ese sí es el verdadero interés general de todos los malagueños.

Tampoco se podría justificar la supresión de dicha zona verde por el hecho de no haberse obtenido como tal por el propio ayuntamiento, pese al tiempo transcurrido desde su previsión inicial en el anterior planeamiento. Dicha circunstancia, más que razón para justificar el cambio, sería un argumento para cuestionar la gestión urbanística municipal, al no haber conseguido obtener  dicha zona verde para uso público por alguno de los mecanismos de gestión previstos en la legislación urbanística. Alguno de ellos, hubiera permitido, incluso, la obtención gratuita de estos suelos, por lo que tampoco su coste puede ser esgrimido como argumento para renunciar a su obtención. 

La escasez de espacios libres en el casco urbano de nuestra ciudad, hace necesaria la obtención efectiva de zonas verdes de carácter público y no sólo la de su previsión meramente formal en los planos. A ello hay que añadir el propio valor intrínseco de Gibralfaro y su entorno. No se puede argumentar que la nueva calificación sea compatible con el mantenimiento de la masa arbórea existente, a la vista de lo ocurrido en actuaciones similares anteriores. Obviamente, si se construye, se produce la tala de árboles. Y el efecto “bola de nieve” está por desgracia asegurado.

Málaga, XXXX de septiembre de 2006.

 

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