Ningún certamen con su presupuesto goza del patrocinio de empresas inmobiliarias

Festival de Cine y Guadalpín 22/03/06 MÁLAGA. La fiesta de inauguración del Festival de Cine, en las carpas que el hotel Guadalpín ha montado en la playa de la Malagueta, y que fue patrocinada por el establecimiento hotelero, fue, según los asistentes, “una fiesta de la construcción”.

Ningún certamen con su presupuesto goza del patrocinio de empresas inmobiliarias

Festival de Cine y Guadalpín22/03/06 MÁLAGA. La fiesta de inauguración del Festival de Cine Español de Málaga, que tuvo lugar en las carpas que el hotel Guadalpín (de la inmobiliaria Aifos) ha montado en la playa de la Malagueta, y que fue patrocinada por el establecimiento hotelero, fue, según declaraciones de asistentes a EL OBSERVADOR, “una fiesta de la construcción, una fiesta inmobiliaria. Nadie del mundo del cine”. Ningún festival de España, del presupuesto del de Málaga, tiene patrocinadores inmobiliarios o constructoras, como ocurre en este certamen que aspira a convertirse en referente del cine español.

EL Hotel Guadalpín ha instalado diversas carpas en la playa de la Malagueta dándole a este espacio el nombre de Málaga Cinema. En este espacio ha ubicado cinco de sus restaurantes. Con su patrocinio, y la voluntad del Ayuntamiento de la Festival de Cine y Guadalpínciudad que ha aportado las livianas construcciones, se han habilitado estas carpas en donde se pueden degustar cinco tipos de cocinas y celebrar además, en una mayor, las fiestas de inauguración y clausura del certamen.

EL pasado fin de semana tuvo lugar la primera de estas fiestas. Al decir de los asistentes, aquello parecía más “una fiesta de la construcción que una fiesta del cine”. En dos pantallas de plasma se podían visionar las promociones inmobiliarias de la constructora Aifos y del grupo Evemarina. Dos de los grupos inmobiliarios que patrocinan el certamen. No aparecían escenas de películas, pero sí ladrillos y promociones. Tampoco aparecieron gentes del cine al natural, que es lo que esperaban los pocos que acudieron, pero sí promotores, constructores, intermediarios de ventas y gente “del mundo del ladrillo”. No había ni un cartel de una película. Pero sí carteles de preciosas intervenciones urbanísticas en preciosos espacios verdes de una preciosa naturaleza… Todo un mundo de cine.