La responsable de prensa del Palacio de Ferias da orden de negar información a EL OBSERVADOR sobre la edición que se inaugura el próximo viernes 9 de octubre

02/10/09. Sociedad. La responsable de prensa del Palacio de Ferias de Málaga, Paula Morales, ha ordenado que a EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com se le niegue cualquier información sobre la edición 2009 del Salón Inmobiliario del Mediterráneo (SIMED)...

La responsable de prensa del Palacio de Ferias da orden de negar información a EL OBSERVADOR sobre la edición que se inaugura el próximo viernes 9 de octubre

02/10/09. Sociedad. La responsable de prensa del Palacio de Ferias de Málaga, Paula Morales, ha ordenado que a EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com se le niegue cualquier información sobre la edición 2009 del Salón Inmobiliario del Mediterráneo (SIMED) que comienza el próximo viernes 9 de octubre. Una feria que será noticia tanto por la bajada de precios que obliga un stock de 30.000 viviendas sin vender en la provincia, como por las ausencias de grandes protagonistas y patrocinadores de otros años. De 120.000 metros cuadrados de expositores en 2006 se ha pasado a apenas 1.500.

EL Salón Inmobiliario del Mediterráneo que se viene celebrando en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga desde comienzos de esta década se está sufragando con los 30.000 euros que anualmente aporta la Cámara de Comercio de Málaga a petición del presidente de la Asociación Provincial de Constructores y Promotores, José Prado Seseña, más lo que aporta el Ayuntamiento de Málaga, generalmente a través de la muy deficitaria Promálaga, más la aportación de la Consejería de Vivienda de la Junta de Andalucía, y el dinero de patrocinadores oficiales, entre los cuales este año está Unicaja (donde antes estaba Aifos), y el desembolso particular de cada empresa participante.

EL Salón Inmobiliario del Mediterráneo era la feria de las vanidades de Málaga. En ningún lugar como éste se veía tanto jamón y tanta gamba y tanto despliegue de poderío económico. En ningún lugar como éste la clase política local mostraba sin disimulos su abierta amistad y los negocios en común -públicos y privados- que acordaban con promotores y constructores. Y todo ellos con el aplauso unánime y entusiasta de una prensa entregada a sus dos mayores fuentes de publicidad: la administración y el ladrillo.

EN 2006 hubo 120 empresas expositoras que ocuparon los 17.000 metros cuadrados del recinto. El año pasado se ocuparon 1.500 metros cuadrados y participaron 30 empresas, cifras que se mantendrán con ligeras variaciones este año: “podrían acercarse a 40 empresas”, según apuntaba ayer un artículo de José Vicente Rodríguez en La Opinión de Málaga.

AIFOS, Evemarina, Grupo Mirador… empresas que hasta hace tres años eran el santo y seña del mercado inmobiliario malagueño se han borrado del mapa acuciadas por problemas judiciales y abultadas deudas. ¿Quién queda este año? Aún sin confirmación oficial podemos aventurar que nombres conocidos como Sando, Salsa Inmobiliaria o Noriega, por la cuenta que les traen sus promociones en Málaga. Está por ver si los casi 5.000 millones de deuda de Reyal Urbis, principal impulsora del proyecto de las torres de La Térmica en Málaga, le permiten dejarse ver en el evento, o si otro proyecto ‘de altura’, el de las torres de los suelos de Repsol obliga a Caixa Galicia a montar un puesto en el que asegure que está dispuesta a desembolsar en solitario los al menos 600 millones de euros en los que está presupuestada esta operación, tras la salida y desaparición de la granadina Comarex.

¿QUÉ nos depara el Simed este año? Es difícil saberlo, en primer lugar porque la responsable de prensa del Palacio de Ferias de Málaga, Paula Morales, ha ordenado que a EL OBSERVADOR se le niegue cualquier información sobre esta edición. En segundo lugar por la situación de un mercado de la vivienda y la construcción residencial casi absolutamente paralizado en la provincia de Málaga.

CON índices de paro en la región cercanos al 30%, un stock de casas sin vender que la propia Unicaja o el Instituto de Práctica Empresarial calculan en 30.000 viviendas hechas y a mitad hacer, con unos vendedores que se resisten con uñas y dientes a bajar unos precios desorbitados y unos posibles compradores (nacionales, porque a los extranjeros ni se les espera) que aguardan a que estos precios bajen hasta lo razonable, y por último, con unos bancos que han cortado sus líneas de crédito a particulares con la misma celeridad y entusiasmo con la que hace apenas tres años buscaban clientes para hipotecar, el Simed se ha convertido más que en una oportunidad comercial, en un acto de obligada asistencia para promotoras e inmobiliarias. Una feria vanidosa que se termina apuntando en la cuenta de gastos por miedo a que su imagen se vea perjudicada, ya que no estar supone confirmar los regulares rumores de insolvencia que recorren este mercado desde otoño de 2007.