‘Pendonistas’ y ‘heredianos’ son conscientes de que la Alcaldía de Málaga sólo será accesible cuando se tapone el sumidero de votos que se pierde al Este de la ciudad

15/10/09. Sociedad. Histórico bastión del ‘guerrismo’ malagueño, enclave paradigmático de toda una generación de socialistas andaluces, la agrupación malagueña socialista de El Palo vive en la actualidad momentos apáticos, de calma aparente. Convertido en coto privado de...

‘Pendonistas’ y ‘heredianos’ son conscientes de que la Alcaldía de Málaga sólo será accesible cuando se tapone el sumidero de votos que se pierde al Este de la ciudad

15/10/09. Sociedad. Histórico bastión del ‘guerrismo’ malagueño, enclave paradigmático de toda una generación de socialistas andaluces, la agrupación malagueña socialista de El Palo vive en la actualidad momentos apáticos, de calma aparente. Convertido en coto privado de la familia Ruiz Cuadra, la agrupación de El Palo acumula las más abultadas diferencias de voto con el PP en la ciudad sumida en divisiones internas y sin capacidad de reacción. Con el objetivo de recuperar la Alcaldía de Málaga que se le resiste desde 1995, las familias del PSOE malagueño han decidido tomar cartas en el asunto y taponar su mayor sumidero de votos con una operación de limpieza con el exilio de los ‘Ruiz Cuadra’ del que hoy les informa EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.

LA noche del 28 octubre de 1982 en la que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) obtuvo una histórica mayoría absoluta en las elecciones generales, los militantes y simpatizantes del PSOE en Málaga acudieron de forma espontánea y natural a la agrupación de El Palo, y fue allí, y no en otra sede, donde tuvo lugar la fiesta con personajes de la cultura y la farándula local.
  
NO es de extrañar. El antiguo barrio pesquero era por aquel entonces un ‘nido de rojos’ entre los que destacaban algunos de los que después serían ilustres progresistas malagueños. Nombres como el presidente de la Comisión de Cultura del Congreso, Rafael Ballesteros; el secretario provincial del partido Carlos San Juan; el diputado Juan Miguel Rodríguez; el alcalde Pedro Aparicio o la senadora Emelina Fernández convirtieron a la Agrupación Socialista de El Palo en el centro neurálgico del PSOE de Málaga y en el emblema del ‘guerrismo’ malagueño.

EN 1990, un Felipe González en horas bajas envía a su entonces Ministro de Trabajo, Manuel Chaves, a presidir la Junta de Andalucía con la orden prioritaria de no dejar un ‘guerrista’ vivo en la comunidad. Aunque nadie confió en que Chaves logrará socavar la influencia de Alfonso Guerra en su plaza fuerte, lo cierto es que el ahora viceministro de Zapatero cumplió con creces su misión. En Málaga, los militantes veteranos recuerdan la histórica bronca que protagonizaron Manuel Chaves y Carlos San Juan durante una asamblea del partido. Una reunión a puerta cerrada cuyos gritos, amenazas e imprecaciones pudo escuchar todo el mundo gracias a los endebles muros del aula de colegio de la Misericordia donde se celebró.

A partir de entonces, El Palo comenzó a perder fuerza, agresividad y poder en una lenta decadencia que se aceleró con la llegada de Celia Villalobos primero y Francisco de la Torre después al gobierno de la ciudad. Así, en los comicios municipales de 2007 el distrito Este acumuló 15.000 votos de diferencia entre PSOE y PP, lo que representó más del 50 por ciento de la victoria en las urnas de De la Torre frente a Marisa Bustinduy. Más recientemente, en las elecciones europeas el porcentaje de voto del PP en ese distrito, aunque menor, es contundente: 65 por ciento para los populares frente a un 25 por ciento para los socialistas.

ANSIOSOS por recuperar una alcaldía que se les resiste desde hace 14 años, conscientes del desgaste de la imagen del Francisco de la Torre a raíz de las irregularidades en las contrataciones, los sueldos escandalosos de personal de confianza y el estado de paralización por el que atraviesa la ciudad, la dirección socialista ha dado orden de hacer una campaña permanente de trabajo para reducir las diferencias con el PP, y que ésta se realice desde la militancia, y en cada una de las barriadas.

EL problema es que El Palo no funciona. “Los esfuerzos que se realizan en feudos socialistas como el de Carretera de Cádiz son insuficientes para superar la gran diferencia en la zona Este de la ciudad. Mientras otras agrupaciones han implicado en el trabajo a buena parte de la militancia, en El Palo se ha seguido una política de excluir a grupos de militantes del trabajo y su dirección parece concentrada en fortalecer posiciones de poder de cara a posibles nombramientos. El sentir ampliamente generalizado es que determinadas zonas necesitan de una mayor presencia socialista y preocuparse menos por la acumulación de cargos valiéndose de la histórica posición de relevancia”, indica un alto cargo de este partido.

EN el centro de las críticas aparece el nombre del presidente de esta agrupación, Mariano Ruiz Cuadra. El parlamentario socialista domina con mano de hierro la asociación apoyado por su hijo y por su pareja, informan desde el propio partido, “con una mayoría de ficción, con sospechas de votaciones anómalas y sin promover mayor actividad que las partidas de dominó”, satiriza otra fuente socialista.

EL año pasado ocho miembros de la Comisión Ejecutiva Local (Fernando Arcas, Antonia Huertas, María Victoria Navarro, Julián Ruiz de Castañeda, Francisco Fernández, Carlos Mariscal, José Damián Ruiz y Pedro Villagrán) presentaron su renuncia irrevocable de esta agrupación alegando en una carta “la ausencia de democracia interna, la actitud poco respetuosa del secretario general con la mínima disidencia, los insultos y descalificaciones a los que democráticamente discrepan con la línea ya marcada, las decisiones tomadas en órganos no cualificados y, lo que más nos irrita, la imposibilidad, ante la situación, de conseguir una agrupación más fuerte y dinámica que proporcione una imagen distinta a nuestros compañeros de partido”. La sonora renuncia llegó después del enfrentamiento que mantuvieron Carlos San Juan y Mariano Ruiz Cuadra a raíz de la forma en que se realizaron unas votaciones en el que, según testigos, faltó poco para que llegaran a las manos.

EL veterano Ruiz Cuadra ha sabido mantenerse arrimado a las distintas corrientes de poder que ha tenido el PSOE en Málaga. Famosa es su frase “yo soy el primer cateto” con la que se adosó a la sombra del triunvirato de Juan Fraile & Marisa Bustinduy & Salvador Pendón, después de apoyar, antes sin fisuras, a Pepe Asenjo o ahora a Miguel Ángel Heredia, sin menospreciar a Pendón. Sin embargo, miembros de las dos familias socialistas malagueñas, ‘pendonianos’ y ‘heredianos’, coinciden en señalar que ha llegado la hora de “sacar a Mariano de El Palo”.

EL previsible procedimiento para la operación de limpieza será la españolísima ‘patada hacia arriba’, o sea, un ascenso a un puesto bien remunerado pero con escaso margen de maniobra, que aleje a Mariano Ruiz Cuadra de una agrupación que representa la llave que da acceso la vara de alcalde.

PERO de momento, calma chicha y apatía en El Palo. Prueba de ello es que las llamadas telefónicas y correos electrónicos enviados por EL OBSERVADOR  a esta agrupación para redactar esta noticia se han quedado sin respuesta.