“No hay marcha atrás en cuanto a las ayudas”, dice la directora general del Libro, que define al sector editorial andaluz como “muy mimado” por las administraciones

02/02/10. Sociedad. La casi totalidad del sector editorial andaluz se ha mantenido en pie durante lustros gracias a los recursos públicos que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ha venido destinando a ciertas empresas en concepto de subvenciones...

“No hay marcha atrás en cuanto a las ayudas”, dice la directora general del Libro, que define al sector editorial andaluz como “muy mimado” por las administraciones

02/02/10. Sociedad. La casi totalidad del sector editorial andaluz se ha mantenido en pie durante lustros gracias a los recursos públicos que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ha venido destinando a ciertas empresas en concepto de subvenciones para libros que de otra forma no serían rentables. Hasta ahora. La Directora General del Libro del Gobierno andaluz, Rafaela Valenzuela, ha anunciado que el grifo de los recursos públicos para ayudas a la edición se corta. “No hay marcha atrás en cuanto a las ayudas”, recalca Valenzuela ante los gritos de protesta que esta medida ha provocado en la Asociación de Editores de Andalucía (AEA), cuya dirección ha acaparado buena parte de estas ayudas, como ha señalado en reiteradas ocasiones EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.

LA Asociación de Editores de Andalucía, “asociación de empresarios no lucrativa e independiente”, según sus estatutos, se sostiene económicamente gracias al Gobierno andaluz, que figura como organismo colaborador y le aporta más del 70 por ciento de su presupuesto. Representa a 77 de las más de 300 editoriales andaluzas y para sobrevivir, recibe subvenciones a las ayudas a la edición de las Consejerías de Cultura y Turismo, de la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda) y de la Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales (EPGPC). Esta situación convierte a la organización en un apéndice del sector público más que en un grupo profesional de empresarios.

POR eso, el anuncio de la Directora General del Libro de que se va a poner fin a las ayudas a la edición ha caído como una bomba en un sector muy atomizado que ve peligrar su principal fuente de ingresos. La decisión es en firme. “No hay marcha atrás”, ha recalcado Valenzuela ante las primeras voces de protesta que ya se han dejado sentir desde la AEA. Es un sector “muy mimado” por las administraciones -subraya la propia Valenzuela- que tendrá que hacer frente a la crisis con ajustes en sus ayudas públicas “como todos”.

LAS ayudas a la promoción editorial que viene concediendo la administración autonómica pueden ser a obras editadas o a proyectos editoriales. Es decir, la Junta compra libros o paga por ideas de libros. De esta forma las editoriales logran rentabilizar su fondo de catálogo y emprender nuevos proyectos. Dentro de las más beneficiadas en este reparto desde hace años se repite un elenco de empresas que están íntimamente ligadas a la dirección de AEA.

POR poner unos ejemplos de la última convocatoria de 2009: la editorial El Almendro, de Jesús Peláez, ex presidente de la AEA y actual vocal de la junta directiva recibe 21.193 euros para seis proyectos de edición. La editorial Algaida, de Francisco Pior, vocal de la junta directiva de esta asociación, obtiene 77.699 euros, (38.913 euros para obras editadas y 38.786 para proyectos de edición). Otro de los ex presidentes de la AEA, Abelardo Linares, consigue subvenciones a través de dos editoriales: Librería y Editorial Renacimiento S.A., que logra 36.561 euros, y Librería y Editorial Renacimiento S.L. Espuela de Plata, con 43.135 euros de edición. Ambas cantidades se suman a los 15.271 euros que reciben dos números de su revista de literatura Renacimiento, lo que hace un total de 94.967euros.

OTRO ex presidente de la Asociación de Editores de Andalucía, José María Arráez, recibe para Arráez Editores 19.493 euros para cuatro libros editados y seis proyectos de edición. El accionista mayoritario de Ediciones Alfar y la vez representante del Centro Andaluz del Libro, Bernardo Calderón, obtiene 9.520 euros para cuatro títulos editados por Alfar, más 39.090 euros por 12 proyectos de edición del Centro Andaluz del Libro.

EL panorama ahora cambia completamente ya que el sector editorial andaluz tendrá que hacer frente no sólo a los desafíos generales impuestos por una crisis económica (que sin embargo no ha afectado en gran medida a la compra de libros) y en el que el formato digital aparece como una de las herramientas que cambiará el mercado editorial, sino también a una necesaria reestructuración que fortalezca la independencia y autonomía de las empresas editoriales de la región con las administraciones públicas para llegar al grado de madurez del que gozan el sector editorial en comunidades como Cataluña o Madrid.