La Empresa Municipal de Aguas ya envía cartas a los ciudadanos explicando que a más empadronados más barata será la factura, pero no dice cuánto se reduce el coste
28/10/13. Sociedad. La Empresa de Aguas de Málaga (EMASA) ya ha empezado a enviar cartas a los ciudadanos con la nueva factura por habitante. Las tarifas ahora se calcularán en función de las personas empadronadas en cada vivienda. A más empadronados, más metros cúbicos de consumo entrarán en un tramo que lo abarate. Sin embargo, EMASA no dice cuánto supondrá esta reducción.
EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com ha tenido acceso a dos facturas de una vivienda en la que viven dos empadronados y de otra en la que viven cinco, y surge otro problema: algunos contadores llevan 11 años sin que se revise su consumo real, y solo se cobra según el consumo estimado de principio de los 90.
EMASA se ha gastado 200.000 euros en externalizar el servicio de comunicación (el fondo social de ayuda a los pobres apenas supera los 140.000 euros) para que sea una empresa privada la que se encargue de resolver todas las dudas que puedan surgir por las nuevas tarificaciones del agua a los ciudadanos. Por lo pronto, todos los malagueños están recibiendo en sus viviendas una serie de cartas que, de hecho, aclaran poco.
EL documento explica que “a mayor número de personas empadronadas, más metros cúbicos se asignan a los tramos más baratos”. A más gente, más parte del consumo saldrá más barato. Pero en el documento no se detalla en ningún momento cuánto más barato ni en función de qué los metros cúbicos de agua se asignan a los bloques en cuestión.
LA carta continúa en la cara contraria de la hoja insistiendo en que estas nuevas tarifas “beneficiarán, en mayor o menor medida, a más del 75% de la ciudadanía malagueña”, que remata: “mientras que el resto puede ver incrementado su recibo de no adaptarse a un consumo razonable”. El propio concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, firma el documento.
PERO más allá de nuevas facturaciones, el problema que tienen varios usuarios de la empresa es que existen contadores cuya última lectura se realizó hace más de diez años. Da igual cuántos empadronados pueda haber en el domicilio en cuestión: si la lectura de 2002 leyó una cantidad de litros consumidos en concreto y a partir de ahí EMASA calcula el consumo estimado sin tener en cuenta las posibles variaciones de consumo que se han podido dar en diez años, encontramos en muchos casos facturas injustas, algo que ya ha denunciado el letrado y portavoz de las familias de La Palmilla que todavía están en pie de guerra con la empresa de aguas por sus deudas.
EMASA por su parte ha confirmado a esta revista que no va a hacer relectura de los contadores. “Se aplicará la estructura tarifaria antigua para el consumo antes del 1 de noviembre y la nueva para los que se realicen a partir de esa fecha, de forma que la facturación será mixta hasta que se recoja solo el agua consumida a partir de noviembre”, explicaron fuentes del Ayuntamiento de Málaga.
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