Elena Jiménez es presidenta porque “la ley obliga a las asociaciones a tener cargos”, pero dicen que en esta agrupación de voluntarios procuran ser “todos iguales”
30/05/14. Sociedad. En el número 10 del Camino de San Rafael, un local entrega una media de 300 bocadillos diarios desde su persiana. Se trata de la asociación ‘Corazones Malagueños’, que comenzó su andadura en el año 2013 bajo una premisa simple: una gestión transparente, para que los socios y patrocinadores conozcan cómo se maneja “hasta el último céntimo”, según explica la presidenta del colectivo, Elena Jiménez.
AHORA, la asociación Más Libros Libres, que regala libros en el barrio, ha iniciado una campaña para recoger alimentos y poder ayudar a este colectivo, que no recibe subvenciones del Banco de Alimentos, Bancosol. Una información de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.
DURANTE esta última semana de mayo y la primera de junio, la asociación Más Libros Libres, que se localiza en la calle Ara, cerca de la avenida Juan XXIII de Cruz de Humilladero, recoge alimentos para una asociación que reparte cenas y meriendas a los más necesitados. Los alimentos que más urgen son el cacao soluble, los embutidos, leche, mantequilla, aceite, zumos, magdalenas, galletas, leches infantiles y potitos: la asociación beneficiaria se dedica a repartir meriendas y cenas a cientos de necesitados, lo que demuestra que en Cruz de Humilladero también se pasa hambre. Así lo explica Elena Jiménez, presidenta de la asociación Corazones Malagueños, que expresa su agradecimiento al colectivo de Más Libros Libres (que se dedica a fomentar el intercambio de libros y la cultura gratuita).
JIMÉNEZ preside esta asociación de voluntarios que, de por sí, es atípica. Su discurso es completamente diferente a los de las asociaciones y ONG que más se conocen en la ciudad: piden, además de solidaridad, transparencia. Tanto es así que, según explica Jiménez, cada vez que se reúnen con un posible patrocinador, la asociación enseña los extractos de la cuenta bancaria del colectivo para demostrar cómo trabajan y con qué dinero. Eso le ha servido para que la asociación pueda recibir 300 euros mensuales de una empresa granadina que le ayuda a pagar así su local, que abrió su persiana el pasado verano en el Camino de San Rafael. Pero no solo cuentan con el apoyo empresarial: se puede ser socio de esta entidad por diez euros mensuales.
HAY hambre en Cruz de Humilladero. Lo sabe Jiménez, quien piensa que la desaparición de su asociación y de otras similares sería “una buena noticia”. “Muchas veces al final del día hacemos recuento y nos damos cuenta de que hemos dado más bocadillos que otras veces”, algo que explica que no es agradable. “Se notan los principios de mes, o cuando se cobra el desempleo, que disminuye el número de bocadillos que damos, y también se nota cómo aumenta nuestro trabajo conforme acaba el mes”.
LA asociación comenzó su andadura en verano, según Jiménez, cuando otras muchas asociaciones “cerraban”. Eso hizo que Corazones Malagueños, en muy poco tiempo, pasaran de repartir 30 bocadillos diarios a casi 400. Una de las premisas de la asociación es, además, no repartir “el pan que no nos comeríamos”. “Siempre damos bocadillos con pan tierno, entonces cuando las personas necesitadas vienen y lo prueban, se quedan con nosotros”.
UNA de las exigencias autoimpuestas que más cumple la entidad, que no es por el momento beneficiaria del Banco de Alimentos provincial (aunque sí de una subvención del Ayuntamiento de Málaga), es la de la transparencia. “Lo tenemos todo informatizado y la idea es ir actualizando los datos mensualmente”, explica Elena Jiménez. Se refiere a los datos que figuran en la página web de la asociación: datos que contemplan la media diaria de bocadillos dados al mes, y la media de barras y bocadillos dados en total. También recoge el número de familias beneficiarias de los alimentos que allí dispensan y todavía trabajan en publicar los movimientos de dinero que gestiona el colectivo. La intención de la asociación, en la que ya trabajan, es hacer un registro de los necesitados que se benefician del reparto de productos de los Corazones Malagueños. Y no se reducen al ámbito alimenticio: han hecho un registro de familias y ahora están en pie de guerra asesorando y ayudando con los trámites burocráticos a estas familias para que los niños puedan acudir a comedores escolares. Todo, siempre, con la intención de ayudar sin tapujos, pero esta vez, de una forma transparente.
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