Lo que llaman OMAU es solo un edificio, un ‘sitio físico’. Marín es el responsable de un área del Consistorio encargada de captar fondos comunitarios que tiene su sede allí. No puede ser director de algo que no existe legalmente

16/07/14. Sociedad. El Observatorio del Medio Ambiente Urbano (OMAU) de Málaga no es más que un edificio en el que se encuentran las oficinas de un servicio del Ayuntamiento y una biblioteca de programas europeos. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com ha intentado explicar la realidad de esta entidad que cada vez tiene más protagonismo en la ciudad: es un bluf, un invento con el que el empleado ‘laboral’ de la Gerencia Municipal de Urbanismo, que es quien le paga y gestiona su vida laboral, Pedro Marín Cots, abrillanta su currículum para ser conocido como director de ese supuesto ente sin definición legal ni corporativa.

SER director del OMAU es ser director de cuatro paredes. De un proyecto. Curiosamente sí existe un edificio al que llaman OMAU, pero ya está, no tiene ni más ni menos contenido que el que produce el Servicio de Programas del Ayuntamiento de Málaga, del cual si es responsable Marín. Todo lo que se elabora y ejecuta en esa sede, la captación de dinero europeo, su principal misión, se hace desde ese servicio, no desde un ficticio OMAU que parece dotar, solo con su nombre, a sus intervenciones de una pretendida respetabilidad.

“EL Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU) es el sitio físico donde se localiza el Servicio de Programas Europeos del Ayuntamiento de Málaga, y es al mismo tiempo el nombre de uno de los proyectos que desde el año 1998 se desarrollaron en el ámbito del programa Comunitario URB-AL. En las instalaciones del OMAU se encuentra el Centro de Documentación del Programa URB-AL 1998-2011”. No es una entidad, ni un organismo, ni una empresa municipal: es un “sitio físico” y “el nombre” de un antiguo proyecto comunitario. Así lo explica el OMAU en su propia página web (AQUÍ), en la que con un lenguaje esotérico y complicado, nada claro, no informa que Marín sea su director, es, simplemente, un jefe de servicio del Consistorio malagueño y un trabajador ‘laboral’ de la Gerencia Municipal de Urbanismo.

EL
proyecto Urbal-Omau aún continúa, pero siendo gestionado por la fundación CIEDES, que recibe subvenciones del Ayuntamiento de Málaga anualmente de más de 130.000 euros desde 2011. Esta fundación es la encargada, según se indica en una web municipal (AQUÍ), de continuar “con la colaboración a través de un convenio que le atribuye labores administrativas, de contacto con ciudades del mundo interesadas en el medio ambiente urbano, de colaboración en la organización de conferencias y eventos, y de actualización permanente de indicadores ambientales de Málaga”. Consulte los últimos convenios suscritos entre CIEDES y Consistorio pinchando AQUÍ para el de 2013 y AQUÍ para el de 2014.

MÁLAGA
logró en el año 2000 el liderazgo de la red 6 del programa URB-AL, unos programas europeos de cooperación entre municipios. El liderazgo de Málaga comenzó en una red compuesta por 150 ciudades que acabó con más de 200 urbes interesadas en cuestiones de medio ambiente urbano. Este programa europeo tenía una duración de tres años, del 2000 al 2003, sin embargo, continuó hasta el año 2006 con la financiación íntegra del Consistorio, tal y como se explica en la página del Centro de Documentación de este programa, cuya responsabilidad recayó en el Ayuntamiento malagueño atendiendo a un compromiso suscrito en el año 2005 (ver AQUÍ).

EN
mayo de 2003 saltó la noticia de que la Comisión Europea había aprobado la primera fase para construir, en el marco del programa URB-AL, este edificio OMAU. El fin del observatorio, “un proyecto pionero en Europa” (sic.), establecería indicadores para realizar un seguimiento de las actuaciones medioambientales en varias ciudades europeas y latinoamericanas, pero en 2006 el proyecto europeo culminó. El edificio alberga en realidad las oficinas del Servicio de Programas Europeos del Consistorio, dedicado a captar fondos y programas comunitarios y de cooperación transfronteriza como el POCTEFEX, ECOCIUDAD. Emprende proyectos, cofinanciados con estos programas, como el SOHO, el Centro Hispano Marroquí o la regeneración del Centro Antiguo con el programa URBAN. Más allá, como servicio consistorial edita publicaciones de diversa índole así como informes de asesores europeos, críticos con el Ayuntamiento de Málaga, normalmente. El centro de documentación del programa URB-AL sigue siendo mantenido por la fundación CIEDES con fondos públicos y municipales.

A
la vista de los hechos, el OMAU es algo confuso por conveniencia, es poco más que un bluf, y en realidad se trata de un proyecto que lleva a cabo la fundación CIEDES para realizar estudios en base a unos indicadores (Agenda 21, como exige un programa de Naciones Unidas). Un proyecto que comparte sede con el centro de documentación del programa concluido URB-AL, de la Comisión Europea, y con el Servicio de Programas Europeo del Consistorio, que gestiona en la actualidad fondos FEDER a través del programa POCTEFEX (Cooperación Transfronteriza entre España y Marruecos) o MED (cuya área abarca el litoral mediterráneo). Algunos de los nombres que dicen representar al OMAU son Pedro Marín Cots, como ‘director’ (¿?), Montse Blanco, como directiva (¡!) y Sandra Marín, como redactora de candidaturas a proyectos europeos de este organismo que no es tal: solo es un edificio y un nombre. Todo lo que se hace allí lo hace el Servicio de Programas del Ayuntamiento. No un ente llamada OMAU. Los dos primeros son trabajadores de la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga, que es la que les paga y gestiona su vida laboral.

HAY
otros observatorios similares en macrorregiones conformadas por provincias portuguesas y Extremadura, y otro en Guipúzcua. Todos ellos en el marco de programas comunitarios financiados con fondos FEDER o los fondos sociales de la Unión Europea.

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