Pretende ser un ejemplo en el que se gastarán miles de euros para cambiar la actual imagen de la UMA, pero se ha convertido en un hazmerreír. Ha sido enviado a todos los miembros de la comunidad universitaria, lo que asegura el ridículo total
No es la primera vez. Carlos Pérez ya llenó la anterior web oficial de la UMA de erratas y faltas de ortografía, como denunció en su día EL OBSERVADOR
02/02/17. Comunicación. La Universidad de Málaga (UMA) está presentando su nuevo plan de comunicación, un documento planteado y promovido por el responsable del servicio, el profesor Carlos Pérez. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com ofrece a sus lectores una recopilación de los principales errores gramaticales, ortográficos y tipográficos, y reseña la redacción pobre y ramplona del...
...documento, lo que ha motivado indignación en la comunidad universitaria de Málaga: la aplicación del escrito supondrá una inversión de miles de euros y sus planteamientos no son novedosos, no son revolucionarios, ni tampoco son indispensables. Tanto es así, que ha habido miembros de la comunidad universitaria que así se lo han hecho saber a este medio de comunicación. Puede descargarse el PDF de este plan (son más de 30 megas) pinchando AQUÍ.
SOLO basta contemplar la portada para ver un título en el que cada palabra comienza en mayúsculas (Manual de Normas de Identidad Visual…), una exigencia ortográfica cuando se trata de títulos de escritos o documentos en inglés… pero en español la Fundéu, organización asesorada por la Real Academia Española, es tajante en ese sentido: “Los títulos de las obras de creación se escriben, como recuerda la reciente Ortografía de la lengua española, en cursiva y con inicial mayúscula solo en la primera palabra y en los nombres propios, si el título incluye alguno: Cien años de soledad, La decisión de Sophie, El nacimiento de Venus…”.
TAMBIÉN hay falta de concordancia gramatical o repetición de palabras, como en la página 6.
PALABRAS directamente inventadas, lo que llama la atención más cuando el director del Servicio de Comunicación de la UMA, Carlos Pérez, enseña Periodismo (en mayúsculas por referirnos a la carrera universitaria) en la Facultad de Ciencias de la Comunicación. “Expecifican” (sic), “natulareza”, o difícil sin tilde…
LUEGO incongruencias indignas de un manual de identidad visual: en la página 7 se puede leer un abecedario con las diversas tipografías a emplear por el nuevo diseño para la UMA. Sin embargo, en la página 55 se emplean de nuevo estos abecedarios, pero los autores del documento se olvidan de colocar la uve…
TAMBIÉN se han olvidado de los puntos finales tras algunos paréntesis…
DE nuevo olvidos, como el del cierre de comillas.
MÁS palabras inventadas, “restringida”, “complemeta”, y falta de acentos.
LAS palabras inventadas son un estándar dado que incluso se repiten en varias ocasiones, como el difícil sin tilde o la “natulareza”.
MÁS erratas…
Y más tildes desaparecidas…
O tildes sorprendidas donde no deben.
LO que resulta doblemente increíble es que el propio manual exija a la institución “repasar la ortografía antes de publicar” en las redes sociales. O comunicar “de forma clara y legible”, lo que no hacen.
EL empleo de extranjerismos siempre complica la lengua, dado que son neologismos quizá no estandarizados. Sin embargo, en lugar de ‘hashtag’, por la herramienta de Twitter que casa los temas y asuntos de los que se hablan en la red social, se puede utilizar (y se propone utilizar por las autoridades de la Academia) ‘etiqueta’. El documento de Carlos Pérez no solo ignora eso, sino que lo escribe de dos formas distintas en apenas unas páginas de diferencia: ‘hashtag’ y ‘hashtags’, en singular (cuando debería estar escrito en plural) y en plural.
NO son pocas, pero hasta el final del documento encontramos más erratas y repeticiones.
TODO por la propuesta de un logo que no aporta nada nuevo a la Universidad de Málaga y que costará decenas de miles de euros el modificarlo en toda la señalética de la institución.
NI siquiera se salva la aplicación de este nuevo diseño la web de la Universidad de Málaga: el texto está justificado, lo que significa que las líneas de los párrafos terminan a la altura y para ello se fuerza el interletraje (kerning). Es algo impropio en las web y en los servicios digitales. Es habitual verlo, eso sí, en periódicos en papel o en publicaciones impresas a fin de aprovechar mejor el espacio. Pero este formato de texto justificado convierte la lectura en un asunto monótono y cuando hay poco texto deja unos huecos entre palabras muy forzados, como se aprecia en la imagen. Esto que se explica aquí no es una cuestión de subjetivismo y opiniones: es teoría pura y dura que se enseña en la Facultad de Ciencias de la Comunicación en la que Carlos Pérez ha venido dando clases en los últimos años.
EL trabajo del responsable del Servicio de Comunicación de la UMA, Pérez, ha venido generando polémica desde su nombramiento. Sus decisiones ayudan a entender que la Universidad de Málaga ocupe los puestos que ocupa en las tablas de calidad: el ejemplo que se da para que otros centros académicos lo contrasten es de pura risa. ¿Cómo es posible que desde el Rectorado el máximo mandatario de la institución académica, José Ángel Narváez, no guarde más cuidado después de lo que le pasó a la anterior web de la UMA, que el propio Pérez llenó de faltas y errores tal y cómo denunció Enrique Porras en una columna en esta revista? (ver Malestar en la UMA porque García Galindo dio la lección de apertura de curso sólo por ser vicerrector: hasta ahora lo hacía un decano o alguien con prestigio). La cosa no quedó ahí y la improvisación bajo el control de Pérez de la comunicación de la Universidad ha sido una constante: ver La web de la UMA está llena de faltas de ortografía. Un derroche de mayúsculas para darle dignidad a lo que no la tiene: edificios y cargos. Cambian rectora por rector al publicarlo ayer esta revista y La UMA, tras los artículos publicados en esta revista, da su brazo a torcer y corrige las faltas de ortografía que llenaban su web.