La Agustín Parejo School, un grupo “cómplice, orgánico, afectivo” como define el comisario de la muestra, Jesús Alcaide, trufó Málaga en los 80 de obras, performances, revistas autoeditadas o incluso de diseños de ropa semiotizada
27/01/16. Cultura. El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla (CAAC) expondrá a partir de este viernes una muestra retrospectiva sobre la Agustín Parejo School, un colectivo artístico multidisciplinar que supuso una de las experiencias más interesantes de la Málaga de los 80. Crearon obras plásticas, hicieron intervenciones callejeras, editaron revistas alternativas y llegaron a diseñar ropa semiotizada...
Así era la vida en la calle Agustín Parejo de la capital donde nació esta agrupación “cómplice, orgánica y afectiva” que desapareció de forma natural, según Jesús Alcaide, el comisario de esta muestra para la que Rogelio López Cuenca ha cedido varios trabajos de su fondo privado. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com conversa con el aclamado creador malagueño que rememora lo que significó esta agrupación en su juventud, de la que ahora rechaza su (común) adanismo, y confía en que la muestra que se estrena este viernes a las 20:00 horas sirva, ante todo, para “explicar”, antes que mostrar “la misma programación que tienen las galerías comerciales”.
ROGELIO fue uno de los integrantes de aquella Agustín Parejo School y con la oportunidad de esta nueva retrospectiva rememora y explica la evolución del mundo del arte y de lo que supuso esta forma de creación en la Málaga de los 80. “Entonces tiene lugar un desplazamiento del centro del foco de los medios y de la crítica al arte contemporáneo, y se enfoca entonces al mercado. Hay un boom económico en torno al arte contemporáneo y se cruzan perspectivas muy tradicionales, como la de la Historia del Arte que es la que se construye en torno a grandes figuras y grandes obras. Eso sirve al mercado, proporciona la idea de obra única supervaliosa. Ese predominio de los 80 supone una burbuja que se desinfla en los 90, cuando vuelven a surgir colectivos en toda España”, relata. “Fue entonces cuando se leyó con interés la experiencia previa de Agustín Parejo School (…) Cuando en los 90 se empezó a descubrir que en los 80 existió otro tipo de clubes y colectivos en ciudades como Nueva York sirvió también para revalorizar un trabajo como el de Agustín Parejo, que había tenido antes una dimensión local voluntaria”.
EN resumidas cuentas, Rogelio López Cuenca recuerda que en la juventud se es muy adanista y él ve con interés que los museos repasen las explicaciones y los conceptos de genealogía. Precisamente Agustín Parejo School se puede entender mejor viendo lo que supuso en Málaga en los 80, pero también se puede construir otro relato, como por ejemplo qué se hizo en Málaga mientras en el resto del mundo se sucedían experiencias similares.
PRECISAMENTE la construcción del relato es uno de los desafíos que afronta el CAAC para este viernes, y es una de las cosas por las que más curiosidad siente López Cuenca, aclamado creador malagueño. “¿Hasta qué punto es susceptible la narración hecha en un museo de cuestionar determinadas prácticas tradicionales del museo? O al contrario, ¿hasta qué punto esa lógica dominante de los museos es capaz de desactivar al potencia crítica de los relatos?”. En esa línea, el artista admite de acuerdo a los fondos que ha cedido que está interesado porque se puede abordar una muestra de la Agustín Parejo School como un asunto “localista, ombliguista, narcisista, malaguista”; y también se puede crear ese relato obviando todos los elementos críticos radicales. Pero también “se puede hacer una narración que explique la pervivencia de determinadas prácticas que no son solo exposiciones”.
“QUIZÁ en Málaga no exista un museo de arte contemporáneo en el sentido riguroso de que explique el arte contemporáneo”, arroja López. Pero su lectura ante lo que es hoy el arte colectivo y multidisciplinar no es precisamente pesimista. “Nunca como hasta ahora ha tenido tanto auge este tipo de experiencias. Son distintas, hay gente con muchísima formación, pero hay más grupos y no solo en España: también en Latinoamérica. Más colectivos que nunca que incorporan esas experiencias”. Tras oírle, a uno se le puede venir a la cabeza nombres de colectivos contemporáneos como Villapucheros, o Cienfuegos, en una Málaga que se mueve en el plano de lo cultural pero que no gracias a las instituciones.
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