“Entre los solares y la chatarra, la cochambre se come Málaga. ¿Esto es lo de la capital cultural europea?”, dice un vecino
 
Escultura José Abad03/05/06 MÁLAGA. Las calles de Málaga amanecieron hace unos días con 15 gigantescos fragmentos de lo que parece ser producto de la colisión de una nave extraterrestre contra la superficie del planeta.
“Entre los solares y la chatarra, la cochambre se come Málaga. ¿Esto es lo de la capital cultural europea?”, dice un vecino 

Escultura José Abad03/05/06 MÁLAGA. Las calles de Málaga amanecieron hace unos días con 15 gigantescos fragmentos de lo que parece ser producto de la colisión de una nave extraterrestre contra la superficie del planeta. Formados por materiales diversos, especialmente lo que aparenta ser chatarra normal de aspecto oxidado, y con marcas, señales y signos inherentes a su desconocido origen, estos elementos se pueden encontrar dispersos por lo que miembros del Consistorio y medios locales denominan centro histórico de la ciudad. 

Escultura Jose AbadPOCOS antecedentes en la capital tienen el asombro que estos pecios cósmicos han despertado entre los nativos y ese incuantificable contingente de turistas en continuo tráfico desde el puerto, la estación de ferrocarril y la de autobuses hasta el Museo Picasso Málaga y la Fundación Picasso Málaga y la galería Picasso Málaga –con parada en Los Pueblos. 

LAS piezas resultantes del supuesto accidente interestelar evocan vagamente lo que se ha podido definir en el siglo XX como escultura, en concreto con las escuelas informalistas de mediados del siglo pasado. Diversos especialistas consultados por EL OBSERVADOR, y que prefieren mantener el anonimato, han manifestado que estos pecios no tienen absolutamente nada que ver con cualquier cosa que se pudiera definir con la palabra arte. Para la mayoría de los consultados, la casualidad del parecido no justificaría que el Ayuntamiento optase por dejar unas cuantas de estas piezas en la calle o gastarse el dinero en otras similares, para interior o exterior, y menos con fines ornamentales. 

Esculturas Jose AbadUN ilustre miembro de la comunidad artística malagueña recordaba lo que el escultor canario José Abad (Juan José González, La Laguna, 1942) decía el año pasado a ‘El País’: “Es muy negativo que los políticos tomen el papel de guías o faros que señalen lo que los creadores deben hacer. No se dan cuenta que cuando apoyan eso que se ha dado en llamar artes emergentes, al fin y al cabo están defendiendo una idea vieja y caduca”. Para ese mismo ilustre miembro, lo mismo da que sean sumergentes, súcubos o podencos: una torre de chatarra es una torre de chatarra es una torre de chatarra. 

ALGUNOS malagueños, que han manifestado no querer identificarse, afirman con rotundidad que los pecios interrumpen el paso, rompen la estructura visual de las calles y generan una contaminación visual en todo caso subsanable, pues basta con retirarlas y cambiarlas de sitio si se quieren conservar. Por ejemplo, llevarlas a la casa del concejal de Cultura, Diego Maldonado. 

EL caso del pecio invasor localizable en la Puerta de las Cadenas de la catedral es, en buena lógica, emblemático. Situado en medio de la calle, impide ver la Puerta del Sagrario a Escultura Jose Abadquienes vienen del Palacio de la Aduana, la calle Císter a quienes vienen del otro lado y la propia catedral a quienes vengan del MuseoPicassoMálaga. A ello se une el efecto mina visual antipersona; la gente que circula en un sentido u otro no puede ver a quien le viene de frente o a quien lleva delante, generando sorpresas indeseables y lógica frustración entre la población adulta. El fenómeno contaminador es generalizado en todos los puntos donde se encuentran estos restos, y aún no se sabe si se han realizado las oportunas investigaciones que permitan conocer si, además de incómodos, emiten algún tipo de radiación.

 

ESTE acontecimiento tiene antecedentes, concretamente en Cádiz, el año pasado y en La Laguna, Tenerife, el anterior, donde al parecer fragmentos iguales, muy similares o incluso los mismos, ya ocuparon las calles durante un mes. Las previsiones más pesimistas indican que en Málaga van a permanecer al menos hasta octubre, cuando las celebraciones picassianas desplacen todo al sitio que le corresponde (¿la casa de Diego Maldonado?). EL OBSERVADORha intentado recabar información y en el momento en que J.J. Benítez e Iker Jiménez den su respuesta al respecto se la comunicaremos a nuestros estimados lectores.