Las historias de antes son, en esencia, las mismas de ahora
Invitamos a vivir otras vidas en los libros. Pasen y lean. Despegarse de la realidad está al alcance de su dedo. Con la ayuda de pequeños y hermosos textos, aquí podrán encontrar un trampolín diario para zambullirse en el mar de la lectura
CULTURA. Escápate a la lectura. Por Paz Sánchez Pérez y Antonio Álvarez de la Rosa01/04/20. Cultura. Paz Sánchez Pérez y Antonio Álvarez de la Rosa comparten con todos los lectores de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com varios fragmentos de diversos libros seleccionados con la finalidad de animar a la lectura. En esta entrega proponen libros con la temática “Historias de antes y de ahora”, y eligen como texto de ejemplo un fragmento del libro ‘Breve historia del mundo’ de Ernst H. Gombrich...
Puede ver la selección de libros “Historias de antes y de ahora” pinchando aquí.
Escápate a la lectura: Historias de antes y de ahora
Todas las historias comienzan con "érase una vez". Una vez fuiste pequeño y, puesto en pie, apenas alcanzabas la mano de tu madre. ¿Te acuerdas? Si quisieras, podrías contar una historia que comenzase así: Érase una vez un niño o una niña... y ese era yo. Y, una vez, también fuiste un bebé envuelto en pañales. No lo puedes recordar, pero lo sabes. Tu padre y tu madre también fueron pequeños una vez. Y también los abuelos. De eso hace mucho más tiempo. Sin embargo, lo sabes. Decimos: son ancianos, pero también tuvieron abuelos y abuelas que pudieron decir del mismo modo: érase una vez. Y así continuamente, sin dejar de retroceder. Detrás de cada uno de esos "érase una vez" sigue habiendo siempre otro. ¿Te has colocado en alguna ocasión entre dos espejos? ¡Tienes que probarlo! Lo que en ellos ves son espejos y espejos, cada vez más pequeños y borrosos, uno y otro y otro, pero ninguno es el último. Incluso cuando ya no se ven más, siguen cabiendo otros espejos que están también detrás, como bien sabes.
Eso es precisamente lo que ocurre con el "érase una vez". Nos resulta imposible imaginar que acabe. El abuelo del abuelo del abuelo... ¡qué mareo! Pero vuelve a decirlo despacio y, con el tiempo, lograrás concebirlo. Añade aún otro más. De ese modo llegamos a una época antigua y, luego, a otra antiquísima. Siempre más allá, como en los espejos, pero sin dar nunca con el principio. Detrás de cada comienzo vuelve a haber siempre otro "érase una vez".
¡Es un agujero sin fondo! ¿Sientes vértigo al mirar hacia abajo? ¡También yo! Por eso vamos a lanzar a ese profundo pozo un papel ardiendo. Caerá espacio, cada vez más hondo. Al caer, iluminará la pared del pozo. ¿Lo ves aún allá abajo? Continúa hundiéndose; ha llegado ya tan lejos que parece una estrella minúscula en ese oscuro fondo; se hace más y más pequeño, y ya no lo vemos.
"Érase una vez"...; también yo siento vértigo al llegar aquí e inclinarme hacia abajo de ese modo. Ven, regresemos rápidos al Sol, a la Tierra, al hermoso mar, a las plantas, a los moluscos, a los lagartos gigantes, a nuestras montañas y, luego, a los seres humanos. ¿Verdad que es como volver a casa? Y para que el "érase una vez" no tire continuamente de nosotros hacia ese agujero sin fondo, vamos a preguntar, sin esperar ni un momento más: "¡Alto! ¿Cuándo fue?".
Si al hacerlo preguntamos también: "¿Cómo fue, en realidad?", estaremos preguntando entonces por la historia. No por una historia, sino por la historia, que llamamos historia universal.
Ernst H. Gombrich
Breve historia del mundo
Puede leer aquí lecturas anteriores:
- 31/03/20 Escápate a la lectura: El mundo entre páginas
- 30/03/20 Escápate a la lectura: Del amor al amor
- 27/03/20 Escápate a la lectura: Comparte la vida