¿Hay nada más ridículo que estas gentes que quieren pasar por finas en medio de la más crasa ignorancia de los usos sociales; que para obsequiarle le obligan a usted a comer y beber por fuerza, y no le dejan medio de hacer su gusto?
Invitamos a vivir otras vidas en los libros. Pasen y lean. Despegarse de la realidad está al alcance de su dedo. Con la ayuda de pequeños y hermosos textos, aquí podrán encontrar un trampolín diario para zambullirse en el mar de la lectura
CULTURA. Escápate a la lectura. Por Paz Sánchez Pérez y Antonio Álvarez de la Rosa
08/04/20. Cultura. Paz Sánchez Pérez y Antonio Álvarez de la Rosa comparten con todos los lectores de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com varios fragmentos de diversos libros seleccionados con la finalidad de animar a la lectura. En esta entrega proponen libros con la temática “Comer por gusto”, y eligen como texto de ejemplo el libro “El castellano viejo” de Mariano José de Larra...
Puede ver la selección de “Comer por gusto” pinchando aquí.
Escápate a la lectura: Comer por gusto
¿Hay nada más ridículo que estas gentes que quieren pasar por finas en medio de la más crasa ignorancia de los usos sociales; que para obsequiarle le obligan a usted a comer y beber por fuerza, y no le dejan medio de hacer su gusto? ¿Por qué habrá gentes que sólo quieren comer con alguna más limpieza los días de días?
A todo esto, el niño que a mi izquierda tenía, hacía saltar las aceitunas a un plato de magras con tomate, y una vino a parar a uno de mis ojos, que no volvió a ver claro en todo el día; y el señor gordo de mi derecha había tenido la precaución de ir dejando en el mantel, al lado de mi pan, los huesos de las suyas, y los de las aves que había roído; el convidado de enfrente, que se preciaba de trinchador, se había encargado de hacer la autopsia de un capón, o sea gallo, que esto nunca se supo: fuese por la edad avanzada de la víctima, fuese por los ningunos conocimientos anatómicos del victimario, jamás parecieron las coyunturas. «Este capón no tiene coyunturas», exclamaba el infeliz sudando y forcejeando, más como quien cava que como quien trincha. ¡Cosa más rara! En una de las embestidas resbaló el tenedor sobre el animal como si tuviera escama, y el capón, violentamente despedido, pareció querer tomar su vuelo como en sus tiempos más felices, y se posó en el mantel tranquilamente como pudiera en un palo de un gallinero.
El susto fue general y la alarma llegó a su colmo cuando un surtidor de caldo, impulsado por el animal furioso, saltó a inundar mi limpísima camisa: levántase rápidamente a este punto el trinchador con ánimo de cazar el ave prófuga, y al precipitarse sobre ella, una botella que tiene a la derecha, con la que tropieza su brazo, abandonando su posición perpendicular, derrama un abundante caño de Valdepeñas sobre el capón y el mantel; corre el vino, auméntase la algazara, llueve la sal sobre el vino para salvar el mantel; para salvar la mesa se ingiere por debajo de él una servilleta, y una eminencia se levanta sobre el teatro de tantas ruinas. Una criada toda azorada retira el capón en el plato de su salsa; al pasar sobre mí hace una pequeña inclinación, y una lluvia maléfica de grasa desciende, como el rocío sobre los prados, a dejar eternas huellas en mi pantalón color de perla; la angustia y el aturdimiento de la criada no conocen término; retírase atolondrada sin acertar con las excusas; al volverse tropieza con el criado que traía una docena de platos limpios y una salvilla con las copas para los vinos generosos, y toda aquella máquina viene al suelo con el más horroroso estruendo y confusión. «¡Por San Pedro!», exclama dando una voz Braulio difundida ya sobre sus facciones una palidez mortal, al paso que brota fuego el rostro de su esposa. «Pero sigamos, señores, no ha sido nada», añade volviendo en sí.
¡Oh honradas casas donde un modesto cocido y un principio final constituyen la felicidad diaria de una familia, huid del tumulto de un convite de día de días! Sólo la costumbre de comer y servirse bien diariamente puede evitar semejantes destrozos.
Mariano José de Larra
El castellano viejo
Puede leer aquí lecturas anteriores:
- 07/04/20 Escápate a la lectura: Aforismos
- 06/04/20 Escápate a la lectura: Otra historia de la mujer
- 03/04/20 Escápate a la lectura: Eros entrelíneas
- 02/04/20 Escápate a la lectura: El pan nuestro de cada poesía
- 01/04/20 Escápate a la lectura: Historias de antes y de ahora
- 31/03/20 Escápate a la lectura: El mundo entre páginas
- 30/03/20 Escápate a la lectura: Del amor al amor
- 27/03/20 Escápate a la lectura: Comparte la vida