Nadie debería sentirse solo en compañía de la literatura
Invitamos a vivir otras vidas en los libros. Pasen y lean. Despegarse de la realidad está al alcance de su dedo. Con la ayuda de pequeños y hermosos textos, aquí podrán encontrar un trampolín diario para zambullirse en el mar de la lectura
CULTURA. Escápate a la lectura. Por Paz Sánchez Pérez y Antonio Álvarez de la Rosa16/04/20. Cultura. Paz Sánchez Pérez y Antonio Álvarez de la Rosa comparten con todos los lectores de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com varios fragmentos de diversos libros seleccionados con la finalidad de animar a la lectura. En esta entrega proponen libros con la temática “Soledades y Cía I”, y eligen como texto de ejemplo el libro “El extranjero” de Albert Camus...
Puede ver la selección de “Soledades y Cía I” pinchando aquí.
Escápate a la lectura: Soledades y Cía I
Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: «Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias.»
Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer.
El asilo de ancianos está en Marengo, a ochenta kilómetros de Argel. Tomaré el autobús a las dos y llegaré por la tarde. De esa manera podré velarla, y regresaré mañana por la noche. Pedí dos días de licencia a mi patrón y no pudo negármelos ante una excusa semejante. Pero no parecía satisfecho. Llegué a decirle: «No es culpa mía.» No me respondió. Pensé entonces que no debía haberle dicho esto. Al fin y al cabo, no tenía por qué excusarme. Más bien le correspondía a él presentarme las condolencias. Pero lo hará sin duda pasado mañana, cuando me vea de luto. Por ahora, es un poco como si mamá no estuviera muerta. Después del entierro, por el contrario, será un asunto archivado y todo habrá adquirido un aspecto más oficial.
Tomé el autobús a las dos. Hacía mucho calor. Comí en el restaurante de Celeste como de costumbre. Todos se condolieron mucho de mí, y Celeste me dijo: «Madre hay una sola.» Cuando partí, me acompañaron hasta la puerta. Me sentía un poco aturdido pues fue necesario que subiera hasta la habitación de Manuel para pedirle prestados una corbata negra y un brazal. El perdió a su tío hace unos meses.
Corrí para alcanzar el autobús. Me sentí adormecido sin duda por la prisa y la carrera, añadidas a los traqueteos, al olor a gasolina y a la reverberación del camino y del cielo. Dormí casi todo el trayecto. Y cuando desperté, estaba apoyado contra un militar que me sonrió y me preguntó si venía de lejos. Dije «sí» para no tener que hablar más.
Albert Camus
El extranjero
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- 15/04/20 Escápate a la lectura: Vivir en el futuro
- 14/04/20 Escápate a la lectura: Dale a la lengua
- 13/04/20 Escápate a la lectura: Como mínimo, un cuento
- 08/04/20 Escápate a la lectura: Comer por gusto
- 07/04/20 Escápate a la lectura: Aforismos
- 06/04/20 Escápate a la lectura: Otra historia de la mujer
- 03/04/20 Escápate a la lectura: Eros entrelíneas
- 02/04/20 Escápate a la lectura: El pan nuestro de cada poesía
- 01/04/20 Escápate a la lectura: Historias de antes y de ahora
- 31/03/20 Escápate a la lectura: El mundo entre páginas
- 30/03/20 Escápate a la lectura: Del amor al amor
- 27/03/20 Escápate a la lectura: Comparte la vida