Pompidou y Museo Ruso se llevan 8 millones de euros al año. El Consistorio sigue siendo de los más endeudados de España. El público del CAC solo crece gracias a las visitas escolares. Caen los visitantes del Thyssen. No hay gente para tanto museo

20/01/15. Cultura. La política museística del Ayuntamiento de Málaga es una burbuja a punto de explotar. Lo vienen advirtiendo artistas y expertos desde hace meses, pero a estas alarmas se suman ahora datos. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com señala cómo el presupuesto de la Concejalía de Cultura ha crecido para este ejercicio en un 30%. Este aumento coincide con el presente año electoral, en el que...

...se inauguran dos nuevas pinacotecas. Son el Museo Ruso y el Centro Pompidou, que se llevarán ocho millones de euros públicos al año. El equipo de Gobierno local hipoteca el futuro de la ciudad por estos centros: 82 millones de euros a 10 años. Esta inversión coincide con un estancamiento y en algunos casos un descenso de los visitantes a los espacios expositivos públicos que ya existen en la capital. El CAC, Centro de Arte Contemporáneo, recibe un 7% más de visitantes, pero sus cifras se maquillan gracias a la afluencia de público escolar que llevan a las actividades pedagógicas que se organizan en este espacio. El Thyssen pierde visitas. Los datos llaman a la cautela, frenan el optimismo y reflejan los primeros pinchazos de una política que, a juicio de la oposición, entiende la cultura “como negocio”.

MÁLAGA batió en 2012 su record de deuda pública: 760 millones de euros. Entonces el primer edil, Francisco de la Torre, defendió la solvencia de su Gobierno, que el año pasado no pudo poner la deuda por debajo de los 600 millones. Sin embargo, el alcalde sigue manteniendo esta tesis suya de la solvencia. De otro modo, no cabría explicar cómo el Consistorio ha aumentado este año en un 30% su inversión en la Concejalía de Cultura (hasta los 43,4 millones), dispuesto a comprometer más de 80 millones de euros para los próximos diez cursos en dos museos franquicia. Antes de abril, Málaga tendrá sede del Museo Estatal de San Petersburgo, que abre en el complejo de La Tabacalera; y otra del Centro Pompidou, este último en el Cubo del Puerto.

ABRIRÁN antes del 31 de marzo porque la Ley Electoral prohíbe a De la Torre hacerlo después, a escasas semanas de las elecciones municipales de mayo. Manuel Hurtado es el edil socialista encargado de temas de cultura, y llama la atención sobre cómo el alcalde y su equipo van en busca y captura de museos que traer a la capital cada cuatro años, “sin un plan estratégico”. “El PP entiende la cultura como negocio, y si analizamos los últimos años, la política cultural se ha hecho a ritmo electoral”, añade Hurtado, que desde la oposición lamenta que los artistas malagueños cuenten con pocos espacios donde desarrollarse, y que los que haya sean aparcamientos como el de Salitre. El socialista también señala que la errática política cultural de Consistorio malagueño se debe a la falta de este plan estratégico. “Se dio la circunstancia de que el Pompidou necesitaba expandirse, estuvo estudiando distintas zonas, y Málaga se ofreció”. Hurtado también recuerda las cuantiosas ayudas que la corporación ha destinado al Museo del Automóvil, también en La Tabacalera, para que el portugués dueño de la colección no se la lleve, o incide en otros fracasos de esta gestión cultural, basada en “ensayo, acierto, error”.

EFECTIVAMENTE, el calendario electoral está muy ligado al calendario de inauguraciones de museos. Son tantos los comicios a los que se ha presentado el regidor Francisco de la Torre que Málaga se ha ganado en algunos circuitos el envenenado calificativo de la ‘capital de museos’. Así se la define en los medios de Vocento, por ejemplo, sin señalar que los centros que abren en la capital son todos franquiciados, carentes en muchos casos de sentido. El museo de museos en La Tabacalera (con sus sonados fracasos, como el del Museo de las Gemas o el del Centro de Tecnología), el proyecto cultural para la manzana del Astoria, o el museo Berrocal o la librería Agapea que en un principio se instalarían en el Cubo del Puerto. Son algunos de los sonados fracasos o proyectos fallidos que ha gestionado la corporación local durante los últimos años en cuanto a oferta museística se refiere.

LOS ‘éxitos’ son otros, y también cuestionados, claro. El Pompidou y el Museo Ruso (cuya entrada, en estos momentos de crisis, oscilará una media de los seis euros y medio cada entrada) se suman este año a una oferta que ya cuenta con la presencia del Centro de Arte Contemporáneo al que el Ayuntamiento de Málaga destina anualmente 3,4 millones de euros. En 2014 el museo dijo haber recibido 31.654 visitantes más que en 2013, hasta un total de 495.416 personas que pasearon por sus instalaciones. Sin embargo, este incremento de visitas, que no alcanza el 7%, es un aumento sensiblemente inferior a la evolución entre las visitas del año 2012 y 2013: entonces la diferencia fue de 55.000 personas. En 2014 el CAC ha programado exposiciones de Marina Abramovic, El Roto o Marc Quinn, nombres reputados que no han logrado cifras más dignas para este último curso. Pero viendo con detalle el pliego de números de visitas que el CAC ofrece, sorprende que el público de las exposiciones solo ha aumentado un 2,7%, ya que en realidad el incremento viene dado por las visitas a los actos organizados en las instalaciones del centro (conciertos, proyecciones, conferencias…) cuya afluencia se ha disparado en un 81,7%.

EN el caso del Thyssen sus números no solo se han moderado, sino que han vuelto a caer. Las cifras de visitas a museos en Málaga no son ni mucho menos disparatadas, por eso preocupa desde la oposición que la corporación local se apueste de forma decidida por la inversión millonaria en museos franquicia que después nadie visita. Como señalaba Hurtado, el museo de automóvil de Magalhaes, también en La Tabacalera, ha tenido que ser ‘rescatado’ en más de una ocasión.

TAMBIÉN preocupan las prisas que también han señalado los ediles del PSOE y de IU. Prisas con las que el Gobierno de Francisco de la Torre procura combatir el tic-tac de una cuenta atrás hasta finales de marzo, momento en el cual la Ley Electoral impide inaugurar ninguna infraestructura hasta las municipales. Prueba de esta inusitada prisa es que las obras en el Cubo donde se asentará el Pompidou comenzaron antes de que el inmueble fuese cedido al Consistorio por parte de la Autoridad Portuaria, cesión que se materializó el pasado mes de noviembre y por el cual el Ayuntamiento ha de pagar 350.000 euros al año de canon. Lo hará descontándose de una deuda que el propio Puerto tiene con la autoridad municipal.

UN obrero falleció también hace semanas en las obras que adaptan el espacio del Museo Ruso en La Tabacalera. El alcalde rápidamente desligó el incidente a algún problema de seguridad en la actuación, pero los sindicatos llegaron a concentrarse a modo de protesta.

A los problemas financieros y a las prisas electorales hay que sumar las medias verdades. El alcalde indicó que el Museo Ruso en un principio supondría una inversión de 400.000 euros del Consistorio en concepto de canon a la institución cultural de San Petersburgo. Pero la realidad es que el Ayuntamiento también tiene que pagar el traslado y seguro de las obras, que no se abrirá a licitación, sino que el centro ruso ya predeterminará qué empresa (rusa) acometerá el trabajo. También el Ayuntamiento ha pedido al Ministerio de Cultura un certificado de no embargo como medida para blindar jurídicamente la exposición rusa en España, ya que muchas de las obras que se exponen en estas instituciones fueron nacionalizadas en 1917 y sus responsables temen demandas de los herederos de los artistas. Por estos encajes, el interventor del Ayuntamiento puso el grito en el cielo, e incluso los Servicios Jurídicos del Consistorio vieron complicado ajustar las exigencias del centro a la legislación española. Dio igual, y el Ayuntamiento siguió adelante. Zorrilla, portavoz del Grupo Municipal de Izquierda Unida, se manifestaba en los siguientes términos: “Lo lógico sería que el Ayuntamiento tuviese libertad para la contratación conforme a la Ley de Contratación del Sector Público”. La limpieza del museo ni siquiera recaerá en Limposam, sociedad municipal, sino en una empresa externa. Para el portavoz de IU en la capital se incumple así “la palabra del concejal delegado responsable de la empresa, que anunció que se ampliarían progresivamente los espacios municipales para garantizar el trabajo de los limpiadores”, lo cual supone la continuación de la privatización progresiva de la limpieza de edificios municipales”.

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