

Frente al mar, como un hombre libre
SID Ahmed Bouziane volvió a encontrarse con el mar el 18 de agosto, dos años y ocho meses después de su última vez, cuando llegó en patera a las costas españolas huyendo de la situación política de su país, Argelia. Pero en esta ocasión, Bouziane miraba las olas como residente en España y, lo más importante de todo, como una persona libre. Atrás quedaban los 28 días encerrado en el Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de Málaga, el peor de España por sus pésimas condiciones de salubridad y sus deficientes instalaciones, denunciado en varias ocasiones por el Defensor del Pueblo y cuyo cierre ha llegado a pedir el Parlamento Europeo.
EL calvario de Bouziane comenzó el 22 de julio, en plenos preparativos de su boda con una cordobesa. Ese día, mientras pedía desde un locutorio los papeles para poder tramitar el matrimonio, la policía lo detiene en una redada. El juez dicta una orden de expulsión y su

MIENTRAS la Asamblea se desarrolla con normalidad, vehículos policiales y furgones del cuerpo de antidisturbios llegan a la Plaza de Capuchinos de Málaga, donde se ubica el centro. Los policías exigen a los ciudadanos que trasladen la asamblea a otro lugar, pero su paciencia es poca. Mientras la asamblea debate pacíficamente si se mueve o no de la puerta del CIE, los antidisturbios comienzan a desalojar a las personas con un uso desproporcionado de la fuerza. Los ciudadanos resisten de forma no violenta, pero los agentes atacan y golpean a varios de ellos, dejando nueve heridos de diversa consideración que incluso precisan de asistencia médica in situ.
ESTE ataque marca el comienzo de la Acampada frente al CIE, que se prolongaría durante 11 días hasta la liberación de Bouziane. Una acampada en la que los miembros del 15-M y de Democracia Real Ya hacen una piña con los amigos del argelino, pasan a visitarlo, a hacer de su historia la de todos, y a denunciar la injusticia que suponen los Centros de Internamiento para Extranjeros, donde personas que sólo han cometido una falta administrativa (carecer de papeles de residencia), falta equiparable a una multa de tráfico, se ven privados de su libertad, encerrados como delincuentes.
DE forma paralela a la Acampada y a las concentraciones de protesta, la Comisión de Legal del 15-M comienza un arduo trabajo para conseguir la residencia de Bouziane y sacarlo del CIE. Pero la Subdirección General de Asilo le niega el refugio político en dos ocasiones (una figura legal que en España sólo se concede un dos por ciento de las veces), y las probabilidades de deportación son inminentes. La presión social y las protestas, consiguen que se conceda permiso para celebrar la boda de Bouziane y su prometida dentro del mismo CIE. Pese a lo poco romántico del entorno, el matrimonio constituye una medida de presión más y sus amigos consiguen un contrato de trabajo de un año para Bouziane en Córdoba.
CON todos estos papeles, tras días de burocracia y presión política, finalmente se obtiene la residencia por motivos humanitarios para Bouziane. El argelino sale del CIE el miércoles 17 de agosto sobre las ocho de la tarde. En la puerta le esperan sus amigos y los miembros del 15-M que han compartido con él las noches desde el otro lado de los muros del centro. Lejos queda el miedo, la incertidumbre y la violencia policial. Delante, sólo un mar de futuro con muchas posibilidades y con un objetivo claro: el cierre de los Centros de Internamiento para Extranjeros. La lucha continúa.