erasmusCICO. 22/11/11. Inmaculada Montes Rodríguez.Los que no han vivido la experiencia afirman que el resto exagera. Mientras que los que se han ido sonríen convencidos de que, sin duda, se trata de la mejor sensación de su vida. Y todo se resume en una palabra, Erasmus. Pero...
erasmusCICO. 22/11/11. Inmaculada Montes Rodríguez.Los que no han vivido la experiencia afirman que el resto exagera. Mientras que los que se han ido sonríen convencidos de que, sin duda, se trata de la mejor sensación de su vida. Y todo se resume en una palabra, Erasmus. Pero, ¿qué encontramos tras este programa de movilidad?”. Coste económico, papeleo, polémicos criterios de selección, ventajas… la estudiante de Periodismo de la UMA. Inmaculada Montes, inaugura su colaboración con CICO / EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com con un amplio reportaje sobre el programa Erasmus en Málaga.

La “experiencia Erasmus” más allá de las fiestas

INQUIETOS y expectantes; así se encuentran la mayoría de los estudiantes de la Universidad de Málaga (UMA) que han realizado la prueba de nivel necesaria para solicitar los programas de movilidad ofrecidos por el centro. En concreto, el programa Erasmus, o lo que es lo mismo: Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios.

SIN duda un proyecto social y cultural enormemente popular entre los estudiantes. Ya que no sólo fomenta el aprendizaje en una cultura diferente, sino también el sentido de comunidad entre estudiantes de diversos países. Sin embargo, como algunos estudiantes recalcan, Erasmus en sí no se trata de algo primordial en la vida del alumno. Así, nos topamos con los que reniegan del citado programa de movilidad.

“NO he solicitado Erasmus porque en ningún momento me he planteado irme al extranjero para hacer mi carrera, pues quiero centrarme en la Historia de España, especialmente en Andalucía, y no me ayudaría lo suficiente”, considera el estudiante de 4º de Historia en la UMA, José Puerto.

“ERASMUS ahora mismo es un coste innecesario y, la verdad, tampoco me veo preparado para estar un año en un país tan diferente al nuestro. Ya me costó en mi primer año adaptarme fuera de mi ciudad que está a sólo una hora”, manifiesta el estudiante de 4º de Periodismo, Marcos Yasif.

DE forma parecida opina estudiante de 2º de Magisterio, María Montilla, que asegura no poder permitirse la financiación de la beca dado el actual panorama económico. “Cuando me concedieron la beca de inmersión lingüística del Ministerio de Educación, mi familia tuvo que desembolsar dinero de su bolsillo antes de que me dieran la ayuda económica y no quiero pasar por lo mismo”, sentencia Montilla.

AÚN así, tanto Marcos como María aseguran que quien pueda permitírselo “debería solicitar el programa, para conocer diferentes modelos de vida y de educación, coger lo bueno que tenga y en futuro exigirlo aquí".

ESE es el caso de la alumna de 6º de Medicina de la UMA, Sara I. Gironda, que actualmente se encuentra estudiando en la UFR Médecine - Université de Caen (Baja Normandía, Francia). Sara asegura que de momento, durante los dos meses que lleva en Francia, no ha recibido nada de la ayuda económica. “Además tuve que pagar todo el año de residencia por adelantado”, nos cuenta. “Si quieres irte de Erasmus tienes que tener algo ahorrado o unos padres que te echen una mano. Hace un mes y medio aproximadamente pregunté a cerca de la cuantía exacta de la beca de este año pero me dijeron que aún no se sabía. Si se siguen manteniendo los 600-900 euros del año anterior da para vivir bastante bien, eso sí, sin lujos”.

EL Jefe de Sección del Vicerrectorado de Relaciones Internacionales de la UMA, Ricardo de Milagro, asegura que con esta ayuda no se pretende pagar todos los gastos, sino dar un apoyo al alumno. “No se trata de poca subvención; ahora mismo, un alumno Erasmus en la modalidad ‘Estudios’ está saliendo al extranjero con 600 euros mensuales, que son aportaciones del organismo autónomo de programas educativos europeos, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Educación; y si además, eres becario del Ministerio de Educación y Ciencia el importe asciende a 900 euros”. De Milagro recalca que no se trata de una beca: “Posiblemente si el alumno va un país como Alemania, Francia o Reino Unido, sea  poco dinero, pero esto es una ayuda para complementar la formación del estudiante”.

FORMAR parte de esta ‘generación Erasmus’ es lo que ha llevado a cientos de alumnos de la UMA a rellenar el formulario y realizar la prueba de nivel de idioma exigida por la convocatoria. De hecho, según los datos recogidos por La Opinión de Málaga, cada año son más los estudiantes de la UMA que acceden a una beca de estas características. Ya en 2010, las cifras ascendieron a 780 alumnos (2’15% de los matriculados en la universidad malagueña).

LOS requisitos son básicos: nacionalidad española, estar matriculado en la Universidad de homo_erasmus.jpgMálaga, tener superados 60 créditos (un año académico), no haber disfrutado del programa con anterioridad y superar una prueba de nivel de idioma, de la que quedan exentos aquellos alumnos que certifiquen su conocimiento con un certificado del Centro de Idiomas de la Fundación General de la Universidad de Málaga o de la Escuela de Idiomas. Sin embargo, comparado con los requisitos de otros años, esta prueba de nivel ni beneficia ni perjudica a los alumnos, ya que solamente compiten en base a su expediente académico, por lo que éstos deben únicamente superarlo. Aquí el mismo valor tiene un sobresaliente que un suficiente. Es en este último punto donde las dudas y preguntas asaltan las mentes de aquéllos que podríamos considerar dentro del bando de los integrados, dudas que se centran mayoritariamente en el examen mencionado.

“NO entiendo qué criterio se sigue a la hora de que para el examen de inglés se exija un B2 (intermedio avanzado) mientras que para los de italiano, francés o alemán sea sólo un A2 (nivel básico), puesto que la diferencia entre ellos es gigantesca”, declara la estudiante de 2º de Periodismo, Ángela Bonachera; quien a la vez se cuestiona qué lleva al Vicerrectorado de Relaciones Internacionales a aceptar solamente los certificados expedidos por la Escuela Oficial de Idiomas o el Centro de Idiomas de la Fundación de la UMA. Dejando de lado aquellos con mayor valor y reconocimiento internacional, como son los tramitados por la Alianza Francesa o la Universidad de Cambridge.

EN esta situación se encuentra también su compañera de Periodismo Rocío García, la cual posee el título que acredita el nivel B2 expedido por la Alianza Francesa. “Sin embargo, he de presentarme al examen de nivel, ya que la UMA no me admite el certificado que poseo desde hace cuatro años”, nos cuenta Rocío.

LA responsable de Acuerdos Bilaterales y programa Erasmus del Vicerrectorado de Relaciones Internacionales de la UMA, Lilian Barranco, aclara que se trata de las reclamaciones que piden las Universidades socias. “Los países de otras lenguas no tan mayoritarias como el inglés están siendo ‘más discretos’ a la hora de pedir niveles; y de hecho la UMA se está planteando también solicitar un nivel mínimo, algo que antes no se hacía” nos confirma Barranco. Incluso destaca el hecho de que haya universidades que exigen un nivel por encima del B2 para inglés.

ASÍ nos lo confirma también De Milagro: “la forma de medir a todos por el mismo rasero era el Centro de Idiomas de la Fundación General de la UMA. Además, incide en el hecho de que si aceptaran certificados internacionales, toparían con ciertos inconvenientes. “Por ejemplo los exámenes de Cambridge que no tiene ‘fecha de caducidad’; por tanto, debemos de comprobar que realmente el alumno tiene ese nivel mediante la forma que hemos creído más oportuna, aunque tuvimos que aceptar los certificados de la Escuela Oficial de Idiomas ya que un decreto de la Junta de Andalucía marca que si se ha pasado un examen en ésta, el alumno estará exento de cualquier prueba que organice la Administración”.

SIN embargo, esta visión contrasta con lo realizado en otras universidades andaluzas. Así, la estudiante de 3º de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada (UGR), Carmen Martínez Bonachera, asegura que en ésta no ha de realizar prueba de nivel de idioma, sino que los alumnos van “sumando puntos”. De hecho, ella ha solicitado Polonia como destino “porque no exigen examen de inglés”.

LAURA Martos Delgado, también estudiante de Traducción e Interpretación en la UGR, se encuentra este año en Reino Unido de Erasmus. Asegura que entregó el certificado oficial del nivel B2 expedido por la Universidad de Cambridge “para ganar puntos”, ya que no le exigían examen.

CRITERIOS diferentes en un tema en el que, acorde con lo que el Plan Bolonia promulga, deberían de ser todos unánimes.

“NO se trata de la misma situación para todos”, se queja la estudiante de Periodismo, Miriam Fernández. Ésta denuncia el hecho de que existen alumnos que se preparan el examen unos días antes, obteniendo después el mismo reconocimiento que aquellos que han pasado todo un año estudiando el idioma, sólo para presentarse a la prueba. “Debería de tener alguna relevancia este examen, puesto que no todos jugamos con la misma ventaja aunque hagamos la misma prueba; también, se debería de realizar un examen oral que constate que se conoce de verdad el idioma, ya que por mucho que un alumno demuestre sus habilidades en la gramática, si después no se desenvuelve en el día a día, éstas no sirve para nada”, reclama Fernández.

ALGO con lo que Gironda se encuentra parcialmente de acuerdo. “Creo que del idioma hay que tener unos conocimientos mínimos antes de partir, puesto que una vez inmerso en el país de destino vas a perfeccionarlo muchísimo y siempre puedes hacer un curso de inmersión previo a la Erasmus”. Además, añade que al tratarse de un programa para cursar un año académico y no una beca para aprender idiomas, debe primar sobre todo el expediente y sean así los mejores estudiantes los que realmente aprovechen Erasmus.

LO que se ha decidido, es que algo “completamente objetivo e igualitario para todos como es el expediente académico sea lo más justo para los alumnos” nos cuenta Barranco, la responsable del programa Erasmus en la UMA. La cual, además, confirma que este es el primer año en el que se ha decidido ampliar las posibilidades de que un estudiante acredite. En consecuencia, se hace difícil valorar al mismo nivel de idioma a todos los alumnos dada la diversidad de fuentes con las que se puede acreditar. “En ese sentido no hemos sido tan homogéneos ya que sería injusto en algunos casos, comparar acreditaciones de diferentes tipos y que eso suponga una nota que te dé la beca o no”, aclara Barranco.

ERASMUS, englobado en el programa Sócrates II y galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 2004; se caracteriza además por los excesivos trámites, algo que suele asustar también a los estudiantes.

becas“PERSONALMENTE no he tenido muchos problemas. Se echa en falta la ayuda para por ejemplo rellenar los papeles y el contar con una persona que realmente tenga conocimiento de tu universidad de destino y te ayude a elaborar el acuerdo académico”, recuerda Sara I. Gironda; “pero en mi caso yo lo hice todo bastante por mi cuenta y más en comunicación con la universidad de destino que con la mía, que al fin y al cabo es dónde vas a estar y dónde mejor te van a informar de si esas asignaturas que quieres hacer existen o no, si puedes cursarlas todas en el mismo año académico, si hay restricciones de tipo asignaturas llave, etc”, explica esta estudiante de Medicina afirma haber tenido “mucha suerte” con su destino ya que la Universidad de Caen, en concreto la UFR Médecine, “están increíblemente bien organizadas”.

SARA cuenta cómo se realizó una reunión de acogida de los estudiantes Erasmus en general y posteriormente, una segunda reunión más concreta en cada la facultad, pero siempre ofreciendo todo tipo de facilidades para matriculación: “En el mismo día tienes todos tus papeles, carné de estudiante, contraseñas y códigos para internet; también nos distribuyeron por servicios clínicos para las prácticas y toman notas de las asignaturas a superar por cada uno”, indica. “Además, siempre están a tú disposición y se organizan gran cantidad de eventos, encuentros, reuniones, excursiones etc., para los estudiantes extranjeros”, afirma Sara.

PESE a las quejas de los alumnos, los informes oficiales muestran que finalmente el desencanto inicial se transforma en un sentimiento de satisfacción. “Los alumnos suelen volver bastante satisfechos de sus experiencias del intercambio de movilidad con otros países, aunque siempre suele haber excepciones”, comenta el Jefe de Sección del Vicerrectorado.

“EL 100% de estudiantes del programa Erasmus en las dos acciones, y también de los profesores en misiones docentes o el personal de la UMA en formación, están obligados a presentar un informe al final de su estancia, de donde extraemos que el grado de satisfacción es muy alto, objetivamente hablando”, expone Lilian Barranco, la cual prosigue explicando que en el último informe de 2010-11 este grado se encontraba por encima del 4 en una escala del 0 al 5 en las cuatro acciones de Erasmus.

SIN embargo, el contacto que los alumnos acogidos al programa Erasmus mantienen con el Vicerrectorado es escaso, puesto que mayormente la relación se establece con la universidad de destino. “La verdad es que, salvo la charla que hubo una vez elaboradas las listas de los estudiantes seleccionados, el Vicerrectorado de Relaciones Internacionales y yo no hemos tenido mucho contacto” nos revela Sara. “Cierto es que, cuando he tenido una duda puntual y les he escrito son increíblemente eficientes a la hora de contestar y si no tienen la respuesta en seguida te derivan a alguien que pueda tenerla” concluye.

SEA como fuere, aunque los alumnos en un principio se muestran reacios con los requisitos del programa, es éste la estrella del Vicerrectorado en cuanto a aquéllos que están centrados en la movilidad. De hecho, la responsable del mismo, Lilian Barranco, reconoce que la demanda es muy superior comparada con las demás ayudas como puede ser la Convocatoria Única (la cual abarca la movilidad a Iberoamérica, Norteamérica y Asia y Oceanía). Del Milagro, el Jefe de Sección también reconoce que todos los años “aumenta el número de solicitudes y existe un incremento significativo del número de alumnos que salen fuera”.

SARA I. Gironda, por su parte, reconoce que este programa brinda la oportunidad de conocer el desarrollo de la propia titulación en el extranjero y ver también si las salidas laborales son mejores en el destino para saber si una vez terminada la carrera puedes incluso quedarte.Es lo mejor que he hecho en mucho tiempo, porque te da la oportunidad de ampliar tus horizontes, te abre puertas de cara al mundo profesional, aprendes un nuevo idioma y vives una experiencia única e irrepetible”, explica Sara, quien, hoy por hoy, no se arrepiente de haber dado el paso a pesar de sus dudas durante todo el proceso.

DE momento, aún queda bastante tiempo para ver si los estudiantes que esperan expectantes los resultados pueden llegar a experimentar las mismas sensaciones que ella. Pero lo que está claro, es que la mayoría de ellos asume de momento, y hasta el 29 de noviembre (fecha en la que obtienen los resultados de esta primera prueba de nivel), aquella locución latina como bandera, y bajo el lema de Carpe Diem aguardan la oportunidad que podría cambiar su trayectoria académica el curso que viene.