CICO. 22/11/11. Isabel Bellido. Introducción de los intereses
privados de las empresas y la banca en la gestión de la Universidad, subida de
tasas de matriculación
entre un 3,6% y un 7,6%, escasa representatividad de los 35.0000 alumnos de la UMA… sobre problemas como...
CICO. 22/11/11. Isabel Bellido. Introducción de los intereses
privados de las empresas y la banca en la gestión de la Universidad, subida de
tasas de matriculación
entre un 3,6% y un 7,6%, escasa representatividad de los 35.0000 alumnos de la UMA… sobre problemas como estos
se trabaja y se discute en la comisión universitaria del 15-M, que se reúne todos los jueves, uno
por la mañana y otro por la tarde, en los contenedores rojos, frente a la Facultad de Filosofía y
Letras. La estudiante de Periodismo, Isabel Bellido, informa en este artículo
para CICO / EL OBSERVADOR /
www.revistaelobservador.com sobre una comisión que se mueve
entre unos candidatos a rectores que no parecen percatarse de sus propuestas y
otros muchos estudiantes que hacen botellón al mismo tiempo que otros jóvenes
realizan encierros de protesta.
El 15-M en la UMA. Universitarios indignados
buscan más democracia entre botellones y candidatos a rectores que los ignoran
EL 15 de mayo del año 2011 aproximadamente unas 130.000 personas se
echaron a la calle en más de 50 ciudades españolas convocados por la plataforma
civil y digital ¡Democracia Real Ya!,
que planteaba una serie de propuestas relacionadas con un profundo cambio
económico y social, y que llevaba por lema “No somos mercancía en manos de
políticos y banqueros”. Esto fue el prólogo. El resto aún se está narrando en
todas las plazas de España y la malagueña Plaza de la Constitución no es
una excepción.
LA organización del movimiento 15-M se basó desde un primer momento en el establecimiento de distintas comisiones para poder abarcar el gran abanico de reivindicaciones del movimiento de los indignados. Cada comisión trabaja sobre un área concreta y sobre ella recae la labor de investigar e informar a la ciudadanía sobre ese tema, buscar soluciones y aportar ideas. Al ser el 15-M un movimiento tan amplio, existen comisiones de todo tipo: laboral, economía, comunicación, igualdad, medio ambiente, entre otras muchas. Todas se gestaron desde el asentamiento en las plazas y llevaron a cabo un papel protagonista dentro del activismo de la conocida como Spanish revolution.
UNA de ellas, desarrollada durante todo el verano, es la comisión universitaria. Los miembros de esta comisión dedicaron la época estival a elaborar un diagnóstico de la Universidad de Málaga con el objeto de buscar la mejora de esta institución. Así, los indignados universitarios plantearon una línea argumentativa basada en dos bloques.
“ORIENTAMOS nuestra protesta en dos partes: una reivindicación universitaria de cara al exterior, y otra centrada en la Universidad de Málaga”, resume Atenea Guerrero, componente de la comisión universitaria. “Nos negamos en rotundo a la implantación de la Estrategia Universidad 2015”. Esta estrategia se aprobó en el año 2009 y tiene como objetivo, según el Ministerio de Educación, “mejorar la competitividad de las universidades españolas en Europa e incrementar su visibilidad y proyección internacional”, entre otros puntos. Sin embargo, este nuevo proyecto de legislación universitaria es visto por el movimiento 15-M como una segunda parte del tan criticado plan Bolonia. “Este plan va a fomentar la financiación privada de la Universidad, porque cuando las empresas se introducen en ésta, también entran una serie de intereses privados, por lo que la Universidad pierde autonomía. Esto va a causar que personas ajenas a la Universidad sean las que la gestionen”, afirma Atenea Guerrero. “Una de las consecuencias de esta estrategia es la subida de las tasas de matriculación entre un 3,6% y un 7,6% aprobado por la Conferencia General de Política Universitaria el pasado tres de mayo”, añade.
EL segundo bloque de acción de esta comisión estudiantil se centra en llevar la instauración de la democracia real al sistema interno de la Universidad de Málaga. “Nos parece intolerable la presencia de entidades bancarias y empresas privadas dentro del Consejo Social de la Universidad, y pedimos una mayor representación del alumnado en la toma de decisiones. Somos más de 35.000 estudiantes en la Universidad de Málaga y sólo tenemos un 25% de representación”. Además, Víctor Borrego, otro miembro de la comisión y participante también del Foro de Derecho, nos constata la imposibilidad de tener más representación “sin cambiar los estatutos de la Universidad, especialmente la Ley Orgánica c/2001 (Ley de Universidades), que hace que los estatutos no puedan ser modificados”.
COMO contraste, y al otro lado de esta comisión, se encuentran los altos cargos de la Universidad de Málaga. Adelaida de la Calle, actual rectora, Miguel de Aguilera, catedrático de Comunicación Audiovisual, y Ricardo Redoli, catedrático de Filología Francesa, se encuentran inmersos en la campaña electoral de las elecciones a rector de la Universidad de Málaga, y no parecen percatarse de las peticiones de la comisión universitaria del 15-M. “Entiendo la actitud de los jóvenes que muestran su inconformismo como lo vienen haciendo, desde el diálogo y el respeto”, dice De la Calle, desde un punto de vista demasiado genérico sobre el movimiento del 15 de mayo. Por otro lado, De Aguilera dice “no haber tenido ocasión de conocer las actuaciones de esa comisión”. No obstante, los miembros de la comisión dicen estar “dispuestos a iniciar un diálogo con los candidatos a rector antes de que termine la campaña electoral para hacerles llegar sus propuestas”.
PESE a ello, los miembros de la comisión universitaria se unieron el pasado jueves 17 de noviembre a otras muchas ciudades en una jornada de huelga con un encierro en la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga. El encierro comenzó a las seis de la tarde y se prolongó hasta la mañana siguiente con una asistencia de 80 personas, aproximadamente. Durante esa jornada, los indignados celebraron asambleas en las que se debatió sobre la Estrategia Universidad 2015, realizaron talleres didácticos sobre temas relacionados con la comisión y visualizaron documentales y películas.
COMO confrontación a este acto de protesta, el mayor llevado a cabo por la comisión hasta ahora, otros muchos jóvenes estaban realizando a la misma hora una barrilada (botellón) en los alrededores de la Facultad de Ciencias. De entre los entrevistados, muy pocos conocían la labor que está llevando a cabo esta comisión, así como la celebración del encierro en la Facultad de Psicología. “He visto los carteles que anuncian el encierro, pero no sé por qué lo hacen”, “No sé qué es la comisión universitaria” o “Conozco el 15-M, pero no te lo puedo explicar porque es muy largo” eran algunas de las frases que podían escucharse en el recinto, aunque también asistieron a la barrilada jóvenes que acudirían más tarde al encierro: “Se puede hacer las dos cosas”, decían.
ENTRE tanto, los miembros de la comisión universitaria del 15-M se reúnen todos los jueves, uno por la mañana y otro por la tarde, en los contenedores rojos frente a la Facultad de Filosofía y Letras. Tienen presencia en redes sociales como Twitter, Facebook y N-1, y realizan actas después de cada asamblea.
PARA ellos, las aulas son las nuevas plazas, en las que parece que aún, tras las ventanas, sigue brillando el sol, con cada estudiante que consigue ver más allá de los libros y se pregunta por qué está dando clase en un antiguo garaje o por qué las sillas de la sala común de la Facultad de Ciencias de la Comunicación se caen a pedazos en una Universidad que ha sido recientemente galardonada con el nombramiento de Campus de Excelencia.
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LA organización del movimiento 15-M se basó desde un primer momento en el establecimiento de distintas comisiones para poder abarcar el gran abanico de reivindicaciones del movimiento de los indignados. Cada comisión trabaja sobre un área concreta y sobre ella recae la labor de investigar e informar a la ciudadanía sobre ese tema, buscar soluciones y aportar ideas. Al ser el 15-M un movimiento tan amplio, existen comisiones de todo tipo: laboral, economía, comunicación, igualdad, medio ambiente, entre otras muchas. Todas se gestaron desde el asentamiento en las plazas y llevaron a cabo un papel protagonista dentro del activismo de la conocida como Spanish revolution.
UNA de ellas, desarrollada durante todo el verano, es la comisión universitaria. Los miembros de esta comisión dedicaron la época estival a elaborar un diagnóstico de la Universidad de Málaga con el objeto de buscar la mejora de esta institución. Así, los indignados universitarios plantearon una línea argumentativa basada en dos bloques.
“ORIENTAMOS nuestra protesta en dos partes: una reivindicación universitaria de cara al exterior, y otra centrada en la Universidad de Málaga”, resume Atenea Guerrero, componente de la comisión universitaria. “Nos negamos en rotundo a la implantación de la Estrategia Universidad 2015”. Esta estrategia se aprobó en el año 2009 y tiene como objetivo, según el Ministerio de Educación, “mejorar la competitividad de las universidades españolas en Europa e incrementar su visibilidad y proyección internacional”, entre otros puntos. Sin embargo, este nuevo proyecto de legislación universitaria es visto por el movimiento 15-M como una segunda parte del tan criticado plan Bolonia. “Este plan va a fomentar la financiación privada de la Universidad, porque cuando las empresas se introducen en ésta, también entran una serie de intereses privados, por lo que la Universidad pierde autonomía. Esto va a causar que personas ajenas a la Universidad sean las que la gestionen”, afirma Atenea Guerrero. “Una de las consecuencias de esta estrategia es la subida de las tasas de matriculación entre un 3,6% y un 7,6% aprobado por la Conferencia General de Política Universitaria el pasado tres de mayo”, añade.
EL segundo bloque de acción de esta comisión estudiantil se centra en llevar la instauración de la democracia real al sistema interno de la Universidad de Málaga. “Nos parece intolerable la presencia de entidades bancarias y empresas privadas dentro del Consejo Social de la Universidad, y pedimos una mayor representación del alumnado en la toma de decisiones. Somos más de 35.000 estudiantes en la Universidad de Málaga y sólo tenemos un 25% de representación”. Además, Víctor Borrego, otro miembro de la comisión y participante también del Foro de Derecho, nos constata la imposibilidad de tener más representación “sin cambiar los estatutos de la Universidad, especialmente la Ley Orgánica c/2001 (Ley de Universidades), que hace que los estatutos no puedan ser modificados”.
COMO contraste, y al otro lado de esta comisión, se encuentran los altos cargos de la Universidad de Málaga. Adelaida de la Calle, actual rectora, Miguel de Aguilera, catedrático de Comunicación Audiovisual, y Ricardo Redoli, catedrático de Filología Francesa, se encuentran inmersos en la campaña electoral de las elecciones a rector de la Universidad de Málaga, y no parecen percatarse de las peticiones de la comisión universitaria del 15-M. “Entiendo la actitud de los jóvenes que muestran su inconformismo como lo vienen haciendo, desde el diálogo y el respeto”, dice De la Calle, desde un punto de vista demasiado genérico sobre el movimiento del 15 de mayo. Por otro lado, De Aguilera dice “no haber tenido ocasión de conocer las actuaciones de esa comisión”. No obstante, los miembros de la comisión dicen estar “dispuestos a iniciar un diálogo con los candidatos a rector antes de que termine la campaña electoral para hacerles llegar sus propuestas”.
PESE a ello, los miembros de la comisión universitaria se unieron el pasado jueves 17 de noviembre a otras muchas ciudades en una jornada de huelga con un encierro en la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga. El encierro comenzó a las seis de la tarde y se prolongó hasta la mañana siguiente con una asistencia de 80 personas, aproximadamente. Durante esa jornada, los indignados celebraron asambleas en las que se debatió sobre la Estrategia Universidad 2015, realizaron talleres didácticos sobre temas relacionados con la comisión y visualizaron documentales y películas.
COMO confrontación a este acto de protesta, el mayor llevado a cabo por la comisión hasta ahora, otros muchos jóvenes estaban realizando a la misma hora una barrilada (botellón) en los alrededores de la Facultad de Ciencias. De entre los entrevistados, muy pocos conocían la labor que está llevando a cabo esta comisión, así como la celebración del encierro en la Facultad de Psicología. “He visto los carteles que anuncian el encierro, pero no sé por qué lo hacen”, “No sé qué es la comisión universitaria” o “Conozco el 15-M, pero no te lo puedo explicar porque es muy largo” eran algunas de las frases que podían escucharse en el recinto, aunque también asistieron a la barrilada jóvenes que acudirían más tarde al encierro: “Se puede hacer las dos cosas”, decían.
ENTRE tanto, los miembros de la comisión universitaria del 15-M se reúnen todos los jueves, uno por la mañana y otro por la tarde, en los contenedores rojos frente a la Facultad de Filosofía y Letras. Tienen presencia en redes sociales como Twitter, Facebook y N-1, y realizan actas después de cada asamblea.
PARA ellos, las aulas son las nuevas plazas, en las que parece que aún, tras las ventanas, sigue brillando el sol, con cada estudiante que consigue ver más allá de los libros y se pregunta por qué está dando clase en un antiguo garaje o por qué las sillas de la sala común de la Facultad de Ciencias de la Comunicación se caen a pedazos en una Universidad que ha sido recientemente galardonada con el nombramiento de Campus de Excelencia.
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