CICO. 27/03/12. Javier Martínez. Fotografías Sara Brox. “Las elecciones a Junta de Centro y Claustro están cerca -19
de abril- pero la mayoría de los alumnos no es consciente de las maneras en las
que sus intereses son defendidos en la cúpula de poder de la UMA”. Uno de los
coordinadores de CICO / EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, Javier Martínez, realiza en este artículo
“un repaso del sistema democrático de
la universidad y de la participación del
alumnado en la toma de decisiones”.
¿Cómo se
gobierna la UMA? La representación de los estudiantes se decide el 19 de abril
en unas elecciones con un 10% de participación
“NO me he enterado de nada”. “¿Ah, y eso para qué sirve?”. “Ni idea, la
verdad”. El próximo 19 de abril se celebran las elecciones a Junta de Centro y
Claustro en la UMA entre el desconocimiento general de los estudiantes.
¿Problema de comunicación de la UMA? ¿Falta de interés? Probablemente una
pescadilla que se muerde la cola, que propicia una participación de apenas un
10 por ciento en unas elecciones donde los alumnos deciden su representación en
los órganos de poder de la
universidad. A pesar de la encarnizada campaña que las
asociaciones de estudiantes protagonizan, entre acusaciones de sabotaje,
partidismo y listas fantasma, los alumnos no sólo desconocen la celebración de
estos comicios, sino que son ajenos a los mecanismos con los que la UMA cuenta
para dar voz a los universitarios.
EL gobierno de la Universidad de Málaga no está monopolizado por Adelaida de la Calle, aunque sea la cabeza visible del poder. Al igual que en cualquier institución total o parcialmente democrática, existe un organismo que representa al conjunto de la comunidad universitaria y controla la toma de decisiones. Es el Claustro, equiparable al Congreso de los Diputados. Formado por 300 miembros, 75 de ellos son estudiantes, encargados de llevar a los doctores, a la rectora y al personal administrativo las exigencias y sugerencias del alumnado. A cada facultad le corresponde un determinado número de claustrales según su población, y las asociaciones de estudiantes deben tener un mínimo de 11 representantes para poder formar grupo.
DE este Claustro proceden otros dos órganos. El Consejo de Gobierno es el máximo organismo tomador de decisiones de la universidad. En él, los alumnos son llamados a participar de diferentes maneras. Cinco son elegidos por el claustro, y hasta 12 alumnos pueden ser elegidos a dedo por la rectora: sin embargo, esta suele escoger solamente a uno. A más número de claustrales que consiga una asociación, más posibilidades tiene de participar en dicho consejo. Este órgano elige de entre sus miembros al Consejo Social, encargado de regular las relaciones entre la universidad y la sociedad. Aquí sólo un alumno tiene potestad para conocer, por ejemplo, el dinero que la UMA recibe de entidades bancarias. Por otro lado, el consejo asesor de estudiantes recoge a los claustrales que forman parte del educando universitario. Sin embargo, carece de funcionalidad y sus reuniones son poco frecuentes.
AUNQUE el claustro representa a la comunidad en su conjunto, hay decisiones que pertenecen a las subdivisiones universitarias por excelencia: las facultades. Éstas también poseen su propio órgano, las juntas de facultad, que siguiendo con la analogía serían lo más parecido a las Comunidades Autónomas. Se trata de unas elecciones con listas cerradas en las que 8 estudiantes tienen la posibilidad de ser elegidos. Las elecciones a junta de facultad suelen ser el mismo día que las elecciones a claustro, aunque cada facultad puede celebrarlas si así lo desea con unos días de diferencia.
EN la mayoría de los organismos que dirigen la universidad el estudiante puede defender sus derechos. Sin embargo, este sistema plantea no pocos interrogantes: ¿Representan realmente las asociaciones de estudiantes el interés de los universitarios? ¿Se escucha realmente la voz del representante estudiantil en la sala de juntas? ¿Se tienen en cuenta sus protestas? El ‘juego de tronos’ entre las asociaciones genera dudas y escepticismo, así como la relevancia real de su presencia en las altas instancias de la UMA. Sin embargo, para oponerse a un modus operandi primero hay que conocerlo. 19 de Abril, elecciones a Claustro. Que los estudiantes voten o no si así lo prefieren, pero que sepan que el destino de la UMA puede estar, en una pequeña parte, en sus manos.
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EL gobierno de la Universidad de Málaga no está monopolizado por Adelaida de la Calle, aunque sea la cabeza visible del poder. Al igual que en cualquier institución total o parcialmente democrática, existe un organismo que representa al conjunto de la comunidad universitaria y controla la toma de decisiones. Es el Claustro, equiparable al Congreso de los Diputados. Formado por 300 miembros, 75 de ellos son estudiantes, encargados de llevar a los doctores, a la rectora y al personal administrativo las exigencias y sugerencias del alumnado. A cada facultad le corresponde un determinado número de claustrales según su población, y las asociaciones de estudiantes deben tener un mínimo de 11 representantes para poder formar grupo.
DE este Claustro proceden otros dos órganos. El Consejo de Gobierno es el máximo organismo tomador de decisiones de la universidad. En él, los alumnos son llamados a participar de diferentes maneras. Cinco son elegidos por el claustro, y hasta 12 alumnos pueden ser elegidos a dedo por la rectora: sin embargo, esta suele escoger solamente a uno. A más número de claustrales que consiga una asociación, más posibilidades tiene de participar en dicho consejo. Este órgano elige de entre sus miembros al Consejo Social, encargado de regular las relaciones entre la universidad y la sociedad. Aquí sólo un alumno tiene potestad para conocer, por ejemplo, el dinero que la UMA recibe de entidades bancarias. Por otro lado, el consejo asesor de estudiantes recoge a los claustrales que forman parte del educando universitario. Sin embargo, carece de funcionalidad y sus reuniones son poco frecuentes.
AUNQUE el claustro representa a la comunidad en su conjunto, hay decisiones que pertenecen a las subdivisiones universitarias por excelencia: las facultades. Éstas también poseen su propio órgano, las juntas de facultad, que siguiendo con la analogía serían lo más parecido a las Comunidades Autónomas. Se trata de unas elecciones con listas cerradas en las que 8 estudiantes tienen la posibilidad de ser elegidos. Las elecciones a junta de facultad suelen ser el mismo día que las elecciones a claustro, aunque cada facultad puede celebrarlas si así lo desea con unos días de diferencia.
EN la mayoría de los organismos que dirigen la universidad el estudiante puede defender sus derechos. Sin embargo, este sistema plantea no pocos interrogantes: ¿Representan realmente las asociaciones de estudiantes el interés de los universitarios? ¿Se escucha realmente la voz del representante estudiantil en la sala de juntas? ¿Se tienen en cuenta sus protestas? El ‘juego de tronos’ entre las asociaciones genera dudas y escepticismo, así como la relevancia real de su presencia en las altas instancias de la UMA. Sin embargo, para oponerse a un modus operandi primero hay que conocerlo. 19 de Abril, elecciones a Claustro. Que los estudiantes voten o no si así lo prefieren, pero que sepan que el destino de la UMA puede estar, en una pequeña parte, en sus manos.
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