Vea una llamativa GALERÍA de IMÁGENES de este proyecto que ha convertido en un parque un lugar contaminado por donde antes pasaban 160.000 coches al día

 27/09/07. Urbanismo. Las imágenes que ilustran esta información de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com  demuestran por sí solas cómo una operación de reordenamiento urbano puede cambiar una ciudad haciéndola más habitable y constituyen un magnífico ejemplo de lo que...

Vea una llamativa GALERÍA de IMÁGENES de este proyecto que ha convertido en un parque un lugar contaminado por donde antes pasaban 160.000 coches al día

 27/09/07. Urbanismo. Las imágenes que ilustran esta información de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com  demuestran por sí solas cómo una operación de reordenamiento urbano puede cambiar una ciudad haciéndola más habitable y constituyen un magnífico ejemplo de lo que se podría hacer con el río Guadalmedina, ahora que se ha abierto el concurso de ideas sobre el fut uro del río de Málaga. En Seúl, en el cauce del Cheonggyecheon, donde se había construido una autopista de doble altura con seis carriles en cada piso, ahora fluyen unas aguas limpias (depuradas) bordeadas por un parque de 400 hectáreas que han logrado no sólo aliviar las calurosas temperaturas de verano, aumentar un 50% la velocidad de los vientos y reducir considerablemente los índices de contaminación, sino además convertir al Cheonggyecheon en el nuevo centro de ocio de Seúl con numerosas actividades culturales, plazas, puentes, tiendas y restaurantes que han reconciliado a los ciudadanos con su río.

 LA historia del Cheonggyecheon es la historia del desarrollo industrial experimentada por una de las ciudades más grandes del mundo, Seúl. El río que atravesaba la ciudad de norte a sur se convirtió en un cloaca conforme Seúl se transformaba en una gran urbe hasta que finalmente se embovedó y sobre su cauce se edificó una carretera que llegó a tener con sus doce carriles -seis por planta- un tráfico de 160.000 vehículos diarios hasta alcanzar altísimos niveles de contaminación sonora y ambiental en la zona, lo que perjudicaba la calidad de vida de sus habitantes. Por ende, la estructura se hallaba bastante deteriorada.

EN 1999, el alcalde Lee Myung Bak decidió cortar por lo sano y en una radical apuesta por el desarrollo sostenido decidió liderar el proyecto que sustituiría la autovía por el río. No faltaron las críticas, los malos augurios y las advertencias sobre el caos circulatorio, pero el empeño político no decayó. Las encuestas realizadas mostraron que los ciudadanos creían que el mayor valor de Seúl debía ser su medio ambiente. Paralelamente se potenció el transporte público y el tráfico de vehículos se redujo notablemente.

EN 2006 y tras haberse gastado 380 millones de dólares en unas obras que duraron tres años, se inauguró el nuevo parque que se estira en 8 kilómetros de rivera y que tiene una extensión total de 400 hectáreas. Se han plantado árboles, se han instalado depuradoras, en consecuencia, se ha regenerado una zona anteriormente deprimida, tanto a nivel ambiental porque ahora el río actúa como un climatizador ambiental refrescando las zonas aledañas, el viento corre y se han reducido muy notablemente el nivel de polución, como a nivel social, ya que los barrios que atraviesa el Cheonggyecheon se han revalorizado económicamente.

Y ahora, bajo sus puentes, en verano proyectan p elículas, el agua baja limpia, es un espacio tranquilo y sosegado en medio de una gran ciudad, hay tiendas de ropa, mercadillos y restaurantes en su rivera que están abiertos incluso de noche, es, en resumen, el centro de ocio preferido por los habitantes de Seúl.

UNA actuación en resumen que debiera ser observada, sino con admiración, al menos con curiosidad por los responsables políticos malagueños y andaluces ahora que se ha abierto el concurso de ideas sobre el futuro del Guadalmedina.

QUIEN esté interesado en saber más de este proyecto puede acceder a