La bodega no acata sistemáticamente al menos tres artículos de la ordenanza municipal: exceso de ocupación en la terraza, utilizar una barra exterior y no retirar los enseres durante la noche

Estas faltas consentidas por el Ayuntamiento de Málaga causan malestar a los vecinos que estudian presentar una denuncia por prevaricación del Consistorio

23/03/17. Urbanismo. La bodega El Pimpi ocupa durante todo el día la céntrica calle Zegrí de Málaga, incluso fuera de su horario de actividad. Utiliza el espacio público para almacenar las mesas, sillas y demás elementos de decoración durante la noche, tras cerrar, según varios lectores han denunciado a EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. La ordenanza municipal, disponible AQUÍ, prohíbe...

...taxativamente este uso de la vía pública en el artículo 11 apartado F. El malestar que genera la inmunidad de la que goza la bodega, hace que los vecinos estudien presentar una denuncia por prevaricación del Ayuntamiento.

EL artículo mencionado cita literalmente: “no se admitirá efectuar apilamiento de mesas y sillas en la vía pública. Fuera del horario autorizado para el ejercicio de la actividad, el titular de la licencia vendrá obligado a retirar del exterior los elementos de las terrazas (…) que serán recogidos diariamente en el interior del local al que pertenezca la terraza”. Pero el establecimiento no se acoge a esto, y deja el mobiliario en la calle custodiado por un vigilante. Otro de los negocios que tampoco acata esto es el Café Central, que deja en la calle estructuras de metal en la plaza de la Constitución.

EL desproporcionado espacio que ocupan las terrazas de El Pimpi, podría no cumplir con la normativa tampoco. Acorde con el punto 9 del anexo I de condiciones técnicas,  “en plazas y calles peatonales, al existir un espacio de capacidad limitado, la superficie total susceptible de ocupación con mesas y sillas, en ningún caso excederá del 50 % de la superficie peatonal total”. Pasando por la calle, a simple vista parece más que evidente que más de la mitad está ocupada. Esta es una de las faltas que más descontento causa a los viandantes, ya que la Judería, donde se encuentra el bar, es un espacio que fue rehabilitado con dinero público de fondos europeos, y está monopolizado para su lucro privado.



“ES un abuso total, montan media bodega en la plaza y muchas veces te miran hasta mal, como si estuvieras pasando por un sitio privado. A mi madre incluso le llegaron a regañar por pasar con un carrito de la compra”, comentarios como este dejan los vecinos en la noticia publicada en el Facebook de esta revista denunciando la situación. Otros como “El Pimpi y muchos más, ya es difícil pasear por el centro histórico ¿denuncias? Para que, poderoso Don dinero” o definirlo como “la bodega del régimen” parecen acusar al Ayuntamiento de ser deliberada y sospechosamente permisivo con el establecimiento.

¿POR qué el Ayuntamiento no hace cumplir las normas a El Pimpi pero en cambio si actúa con otros establecimientos más pequeños? (AQUÍ) El ambiente de crispación es tal, que algunos vecinos están estudiando presentar una denuncia por prevaricación, ya que la situación en vez de mejorar cada vez va a peor.

ADEMÁS, dentro del apartado de ‘parámetros’ nos encontramos con otra supuesta falta. Según este, la terraza no puede estar “fuera de los límites de la fachada del local, no pudiendo incrementarse por ningún concepto” cosa que no es respetada en la calle Zegrí. La normativa obliga también a dejar 3 metros en medio de dos terrazas, y aunque podría cumplir este punto, lo cierto es que la conexión entre los locales hermanos que se encuentran uno frente a otro, El Pimpi y El Pimpi Marinero, hace que el tráfico de trabajadores de un lado a otro ocupe también el pasillo central. En resumen, tiene un dominio absoluto de la calle que conecta a calle Granada con Alcazabilla.



EL artículo 11, apartado E, es el tercero que se incumple con total descaro. En él se cita textualmente: “No se permitirá la colocación de mostradores u otros elementos de servicio para la terraza en el exterior”. Estos mostradores conocidos como ‘barras de alcance’ se encuentran en la terraza de El Pimpi y también del otro ‘protegido’: Café Central. ¿A quién corresponde vigilar que se cumplan todas estas normativas? Según el artículo 12 de esta ordenanza “la inspección y control de las mesas, veladores, sillas y cualquier otro elemento análogo en la Vía Pública de la ciudad de Málaga corresponde a la Policía Local y a la Inspección de Vía Pública, la cual velará por el fiel e íntegro cumplimiento de lo dispuesto en esta Ordenanza, vigilando y denunciando las infracciones tipificadas”. Pese a la poca discreción de algunos establecimientos, no ha habido ningún intento de hacer cumplir las normas por parte de la autoridad que es la encargada de vigilar estos excesos.

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