La empresa dijo que lo volverán a levantar "casi igual a como está" cuando lo tire
10/11/05
MÁLAGA. La imagen de la izquierda de estas
líneas es única por lo inusual del caso, por todo lo que representa: supone la
victoria de la justicia por encima de los intereses privados, la ejecución de
una sentencia por encima de la consolidación de obras ilegales. Muy pocos casos
(contados con los dedos de una mano) hay en la historia de Málaga de
construcciones irregulares que, pese a que la Justicia acaba declarándolas
ilegales, se lleguen a derribar. Esta fotografía, tomada el miércoles 9 de
noviembre, muestra el derribo del muro de la construcción de Evemarina, en
Pinares de San Antón. Una grúa que la promotora tiene en la obra, sin embargo,
va a obligar a retrasar la demolición, pues probablemente haya que desmontarla.
Esto supondrá un retraso en los planes de Evemarina, que ha pretendido
aprovecharse, sin éxito, de una construcción ilegal para llevar a cabo
sus negocios.
EL pasado jueves 3 de noviembre la orden para
demoler el muro de esta promotora, en la que trabaja el ex gerente de Urbanismo
del Ayuntamiento de Málaga, Andrés Gutiérrez Istria (y que dio el visto bueno a
la concesión de la licencia de obras basada en este muro ilegal), levantó una
gran expectación entre los medios de comunicación de la ciudad, que acudieron a
Pinares de San Antón para ver la ejecución de la sentencia. Sin embargo, aquel
día la máquina utilizada para la demolición tan sólo entró en la parcela
propiedad de Evemarina, donde construye cinco viviendas. Ayer, como muestra esta
imagen, comenzó el trabajo.
EL tiempo ahora corre en contra de la promotora,
que tiene que presentar y ejecutar un nuevo proyecto de obra, y que la Gerencia
Municipal de Urbanismo (GMU) lo estudie y se lo apruebe. El enorme retraso que
va a tener en la entrega de las viviendas con los compradores (a los que muy posiblemente
se les ocultó información al no avisarles de que compraban una casa que
se asentaba sobe un muro de contención declarado ilegal por el Tribunal Supremo
en 1999) se añade ahora que el derribo del muro va a ser más lento de lo
previsto. Una grúa y un relleno de tierra compactada en una de las zonas impide
ejecutar la sentencia al completo, según han declarado algunos vecinos a EL
OBSERVADOR.
EL aparejador contratado por la comunidad de
propietarios de Pinares de San Antón llamó estos días pasados a un notario que
ha dado fe de los impedimentos que hay para derribar el muro al completo. Los
vecinos aseguran que enviarán en breve un escrito al Juzgado de Primera
Instancia nº 10 solicitando que se ordene desmontar la grúa y retirar la tierra
compactada para completar la demolición. Si la titular del Juzgado accede a la
petición (cosa que parece lógica) la promotora sufrirá una considerable demora,
provocada por la propia Evemarina al obcecarse en su idea de utilizar el muro y
no atender a razones, según la comunidad de
propietarios.
DURANTE la entrada de la grúa en la parcela
propiedad de la promotora el 3 de noviembre, un representante de
Evemarina aseguró a EL OBSERVADOR que cuando los vecinos derriben el
muro, la promotora volverá a levantarlo "prácticamente igual a como está ahora",
es decir, a casi una altura de seis metros cuando el tope permitido en obras con
estas características y condicionantes es de tres. Similares opiniones y formas de
actuar han llevado a Evemarina a esta situación. Habrá que ver si las
declaraciones fueron fruto del 'calentón' del momento o si realmente se pretende
hacer lo afirmado, lo que podría volver a acarrearle problemas con la comunidad
de propietarios de Pinares de San Antón.
IGUALMENTE, este representante
también aseguró que la empresa privada estaría vigilante con el derribo del muro
y que denunciarían a los vecinos "sin ninguna duda" si ocasionaban algún
desperfecto durante la ejecución de la sentencia. Sin embargo, cuando este medio
de comunicación le preguntó si Evemarina se planteaba tomar medidas legales
contra el Ayuntamiento de Málaga (principal culpable al conceder la licencia de
obras, sabiendo la sentencia del Supremo, y permitiendo de esta manera las
edificaciones), éste respondió que su empresa "es una constructora y a lo que
nos tenemos que dedicar es a construir". Esta decisión puede venir motivada,
quizá, porque a quien Evemarina tendría que pedir explicaciones es a Gutiérrez
Istria por conceder la licencia, que casualmente ahora trabaja para la firma
privada.