Informes técnicos y diversos expertos subrayan la peligrosidad de un terreno con acusadas pendientes y en el que se han removido toneladas de tierra

08/10/09. Urbanismo. Más vale que no llueva y que los habituales aguaceros otoñales de la Costa del Sol descarguen lejos de la zona Este de Málaga. A esta conclusión llega EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com tras consultar a diversos expertos e informes técnicos...

Informes técnicos y diversos expertos subrayan la peligrosidad de un terreno con acusadas pendientes y en el que se han removido toneladas de tierra

08/10/09. Urbanismo. Más vale que no llueva y que los habituales aguaceros otoñales de la Costa del Sol descarguen lejos de la zona Este de Málaga. A esta conclusión llega EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com tras consultar a diversos expertos e informes técnicos sobre la gran urbanización de la promotora cordobesa Noriega en la urbanización Colinas del Limonar. Basta con ver estanueva GALERÍA DE IMÁGENES para comprobar cómo era la última zona verde de El Limonar en 2005 y su estado actual para hacerse una idea de los brutales desmontes, del volumen de tierra removida en esta actuación y de lo que podría ocurrir en caso de tormenta.

“AHORA mismo allí hay un problema”, advierte el profesor de hidrología de la Universidad de Málaga (UMA), José Damián Ruiz Sinoga. Recientemente nombrado ‘honoris causa’ por la Universidad de la Habana (Cuba), este experto ha seguido de cerca la evolución de los trabajos de Colinas de Limonar desde sus inicios. “Cuando las obras estén terminadas habrá que ver si, desde el punto de vista hidrológico el tema está resuelto, claro que habrá sido a costa de cargarse los montes que había allí, que si la solución para evitar riadas es ésta, apaga y vámonos, porque es una barbaridad ‘paisajística’. El peligro -señala este especialista en Geografía Física- está ahora, en el escenario actual, con esa gran cantidad de tierra suelta y un embovedado con canales que acelera la velocidad y capacidad de arrastre del agua”.  

EL propio informe de ‘Modificación de elementos del Plan Parcial SUP-LE 5 Colinas del Limonar’ aprobado recientemente indica la existencia de “materiales fíltricos fuertemente fracturados y diaclasados, siendo especialmente problemático las zonas con buzamiento a favor del talud, en sentido Este-Oeste” y de igual manera se da cuenta de la existencia de  “pendientes medias de las parcelas, superior al 40%, llegando a alcanzar el 70% en sus zonas más pronunciadas”.

EN ese sentido, difícilmente se entiende quién y cómo ha tolerado una actuación de estas características cuando que el PGOU no permite edificaciones en suelos con pendiente superiores al 35%, un porcentaje que la administración andaluza eleva al 40% en algunos de sus planes urbanísticos.

COMO se aprecia con claridad en esta GALERÍA DE IMÁGENES que compara lo que era la última zona verde de El Limonar en 2005 en contraste con la situación actual, las obras han hecho desaparecer montes y cerros, removiendo una ingente cantidad de tierra y embovedando arroyos en una combinación que puede resultar catastrófica en caso de que descargue una de las regulares tormentas otoñales que acostumbran a caer con virulencia en Málaga en esta época del año.

LAS actuaciones en Colinas de Limonar fueron autorizadas por la antigua Confederación Hidrográfica del Sur (actual Cuenca Mediterránea Andaluza), que concedió su aprobación para los trabajos de encauzamiento y embovedado del arroyo Toquero en 2003, es decir, antes de la transferencia de la gestión de este organismo a la Junta de Andalucía por parte del Gobierno central (entonces del PP). Una autorización que la Delegación provincial de Medio Ambiente no pudo revocar pese a que su anterior responsable, Ignacio Trillo, tachó los trabajos de “barbaridad”. 

POR su parte, el portavoz del Grupo Municipal del PSOE, Rafael Fuentes ha calificado el proyecto de Colinas del Limonar como "inadmisible" y ha acusado al Ayuntamiento de la capital de llevar a cabo un urbanismo "depredador" que sólo busca la rentabilidad de unos pocos.