Ambas formaciones políticas radicalizan sus posturas completamente enfrentadas sobre el Metro sin atisbos de que puedan alcanzar una solución de consenso

22/01/13.
Urbanismo. ¿Qué pasa si el Ayuntamiento de Málaga (PP) y la Consejería de Obras Públicas de la Junta (IU) no logran un acuerdo de mínimos sobre el trazado del Metro a su paso por la Alameda? ¿Puede el Gobierno andaluz dar comienzo a unos trabajos sin autorización municipal? ¿Está dispuesto a ello? ¿Conllevará la radicalización de las dos posturas enfrentadas -en superficie o soterrado- la paralización de las obras y la consiguiente falta de aprovechamiento de los cientos de millones de euros invertidos en esta infraestructura? Una crónica de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.

DURANTE su visita a Málaga la pasada semana la consejera de Obras Públicas de la Junta de Andalucía, Elena Cortés, fue interpelada hasta en tres ocasiones por los periodistas por el futuro de las obras del Metro en caso de que persista el desencuentro entre las posiciones del Consistorio y del Gobierno andaluz. Y en las tres ocasiones la dirigente de IU eludió ofrecer una respuesta tajante sobre esta cuestión. Para Cortés esta es una hipótesis, o un futurible como les gusta decir a los políticos, que no se contempla, ni se plantea.

AL contrario, la representante del Gobierno andaluz argumentó que por cuestiones económicas la opción del soterramiento en la Alameda se ha descartado. No sólo multiplica el coste de inversión, también se correría el riesgo de alargar el periodo de ejecución de las obras en caso de encontrarse restos arqueológicos, amén de otros imprevistos que, como en el caso de los callejones de El Perchel, amenazan con traer la ruina a los comercios aledaños, y provocar un caos en una arteria vital de la ciudad.

ESTO lo decía la dirigente de IU la misma semana que el alcalde Francisco de la Torre y el presidente del partido y de la Diputación, Elías Bendodo, escenificaban en la Alameda la puesta en marcha de una campaña para exigir el soterramiento del metro como un requisito ineludible para poner en marcha la infraestructura. La postura del PP es clara: o el suburbano es precisamente eso, una vía soterrada, o no es.

EN resumen, unos dicen que por arriba y otros dicen que por abajo. Sin entrar ahora en dilucidar cual de las opciones es la más deseable, lo que se avecina es un periodo hasta abril, fecha en la que se presente oficialmente el proyecto técnico, en el que se van a poner en marcha dos campañas de comunicación, probablemente con el PSOE como espectador, como ocurre esta legislatura, en la que la opinión pública local asistirá al toma y daca entre IU y PP.

UNA cosa parece clara, ninguna de las dos partes quiere dar su brazo a torcer. Pero si en el asunto de la libertad de horarios comerciales es el Ayuntamiento pepero al que le toca tragar las decisiones del gobierno andaluz, en el caso del Metro es improbable -imposible- que la Junta actúa sin el permiso o en franca oposición a los postulados municipales.

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