Sus propias explicaciones, la normativa de obras menores de Urbanismo y la presencia de cuba, arena y ladrillos le delatan
18/05/07 MÁLAGA. Joaquín Ramírez o miente descaradamente o desconoce por completo la normativa urbanística de la ciudad, cosa que por otra parte no le exime de cumplirla como cualquier vecino de Málaga
Sus propias explicaciones, la normativa de obras menores de Urbanismo y la presencia de cuba, arena y ladrillos le delatan
18/05/07 MÁLAGA. Joaquín Ramírez o miente descaradamente o desconoce por completo la normativa urbanística de la ciudad, cosa que por otra parte no le exime de cumplirla como cualquier vecino de Málaga. El presidente del Partido Popular en la provincia, senador y aspirante a presidir la Diputación ha confirmado a EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com que no ha pedido ninguna licencia de obras para su vivienda porque sencillamente “no he hecho ninguna, ni menor ni mayor”. Las propias explicaciones de Ramírez a este medio le delatan por completo: “Lo único que he hecho es una poda de pinos, un ajardinamiento”, y añade: “Al caer los pinos se han roto cuatro o cinco ladrillos, pero cuatro o cinco. Y esos evidentemente se han repuesto”. Por lo pronto no son cuatro o cinco como dice y como se puede apreciar en las fotografías de esta información. Aún siendo así, la normativa de la Gerencia Municipal de Urbanismo de Málaga (GMU) sobre qué es una obra menor es bien clara y no deja lugar a dudas de que lo que ha hecho el dirigente del PP en su casa exige una licencia. Uno de los muchos casos que se recogen es: “Reposición de elementos alterados por accidente”. EL OBSERVADOR ha denunciado el caso ante la GMU.
QUE lo que ha realizado el presidente del PP en Málaga, Joaquín Ramírez, exige una licencia que no ha pedido y que por lo tanto es ilegal basta únicamente con leer la definición de 
qué es una obra menor en la normativa del Ayuntamiento, institución que gobierna su partido y por la que él se presenta a las elecciones municipales como número 2 detrás de Francisco de la Torre. El artículo 3.4.5 –apartado 2.5– del actual PGOU dice que es una obra menor: “(…) las pequeñas obras de reparación, adecentamiento o adecuación de edificaciones, que no afecten a elementos estructurales, a la configuración de la edificación ni a las instalaciones de servicio común de la obra principal y, en particular, las siguientes (…)”, dando a continuación una lista detallada, entre las que se encuentran por ejemplo “pintura, estuco y reparación de fachadas de edificios sin interés histórico-artístico”; “colocación de puertas y persianas en aberturas”; “colocación de rejas”; o “construcción, reparación o sustitución de tuberías de instalaciones desagües y albañales”.
TAMBIÉN habla de “reposición de elementos alterados por accidente”. Ramírez declaraba anteayer a EL OBSERVADOR quitando hierro al asunto: tras hablar de que lo único que ha hecho es una poda de pinos y que algunas ramas ha roto varios 
ladrillos, asegura: “Me parece que son cinco ladrillos los que se han puesto, pero cinco y son embellecedores. Ha sido quitar el antiguo y poner el nuevo, pero no ha habido ninguna obra”. Contando con que esta versión de Ramírez sea verídica, ya incumple la normativa pues tenía que haber pedido licencia para realizarlo. Pero de las declaraciones de Ramírez se desprenden varias mentiras contrastadas: “Habéis probado que había tres ladrillos en la puerta, eso no es probar nada”. Las imágenes de la noticia reflejan claramente que en la calle hay más de tres ladrillos e incluso más de los cinco que asegura el dirigente popular que se han repuesto. Además, EL OBSERVADOR estuvo en la calle de la vivienda antes de estas imágenes y los ladrillos amontonados que se pueden ver eran bastantes más antes del inicio de las obras.
LA cuba que había estos días en la acera de su casa necesita también un permiso. La Gerencia de Urbanismo, como norma de actuación, no suele dar permiso para instalar una cuba si no va asociada a la petición de una licencia de obras. Es decir, si no hay licencia pedida no se suele conceder el permiso de cuba y lo habitual en los ciudadanos que realizan una obra es pedir la cuba a la vez que solicitan su licencia. En este caso, no hay licencia en Urbanismo pero hay cuba. Ayer, cuando nuestro fotógrafo tomó más imágenes, ya no había cuba ni resto de arena ni ladrillos, justo un día después de haber hablado Joaquín Ramírez con este medio de comunicación.
TAMBIÉN anteayer el servicio de Inspección Urbanística de la GMU debió personarse en la vivienda de Ramírez para estudiar el caso, según aseguró el propio senador. EL OBSERVADOR a principios de semana notificó oficialmente a Urbanismo por registro la situación irregular de la vivienda y le instó a investigar los hechos aquí publicados el pasado martes 15.
POR último, Ramírez hizo ver a EL OBSERVADOR que si no tiene licencia es porque cree que no le hace falta, pues tiene más fácil que el resto de ciudadanos conseguir dicho permiso: “Además hay otra cosa clara. Yo tengo amistad con Juan Ramón Casero, con la gente del PP… pedir un permiso no me cuesta mucho trabajo. Y para mí en cierto modo es más fácil, porque conozco a la gente y no me van a poner en una cola de 20 años para pedir el permiso”.
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