Una nueva denuncia de la asociación en defensa del patrimonio malagueño Torre Vigía pone de relieve la incapaz gestión del chulesco edil de Urbanismo de Málaga

12/09/14. Urbanismo. El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga, Francisco Pomares, un chulesco personaje de broncosa trayectoria, aseguró a una vecina asociada al colectivo Torre Vigía que en los edificios de la calle Somera con protección arquitectónica de grado I no se estaba cometiendo ningún atentado contra el patrimonio. Se trataba de “una mudanza”, según explicó el edil a este colectivo.

EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com se hace eco de la respuesta de la Junta: abrió expediente sancionador a la promotora de los trabajos para averiguar “si las obras realizadas con anterioridad se ajustaban a la legalidad cultural vigente”.

LOS edificios de la calle Somera 9 y 11 de Málaga amanecieron un día recubiertos con una lona en la que figuraban, entre algunas marcas, el logo de una conocida empresa de demoliciones. Uno de los vecinos de la vía comprobó, además, según explica la propia asociación en defensa del patrimonio, Torre Vigía, que en el interior de estos inmuebles habían cortado las cabezas de las vigas y habían derribado parcialmente las escaleras. De los bloques, según recuerda este colectivo, no paraban de salir y entrar camiones. Por este motivo denunciaron la situación a la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) y el edil responsable de esta área, Francisco Pomares, ahuyentó las preocupaciones: dijo que era una mudanza.

ESTE
concejal, que explicó que había mandado a varios técnicos para asegurarse, ha quedado en evidencia. La plataforma Torre Vigía también contactó con la Delegación del Gobierno andaluz en Málaga. La delegada de Cultura, Patricia Alba, remitió al poco tiempo una nota en la que explicaba a Torre Vigía que iniciarían un expediente sancionador a la promotora de las obras en estos inmuebles para comprobar que la legalidad cultural vigente se había respetado. Era evidente que no era solo una mudanza.


LA
Delegación Territorial de la Junta explica en un comunicado que dio permiso a la promotora Aliseda S.A. y autorizó su proyecto de obras, que pretendía consolidar los citados inmuebles históricos. El texto, que firma la propia Alba Luque, asegura que ya se ha iniciado un expediente sancionador para averiguar si las obras anteriores se han ajustado a “la legalidad cultural vigente, lo que le comunico para su conocimiento y efectos oportunos”.

LA
respuesta ha sorprendido a la asociación, que ha elucubrado que esta respuesta se da por la “proximidad de las elecciones”. Pero Torre Vigía también se ha sorprendido por lo que esta respuesta desvela: el edil de Urbanismo o no se entera o no se quiere enterar de lo que acontece entre sus competencias. Lo habitual en un profesional responsable en cuyo puesto de trabajo no es capaz de atender debidamente a su gestión es que se produzca un cese o una dimisión. Francisco Pomares acumula ejemplos en los que no se sabe muy bien si o no se entera o no se quiere enterar de su trabajo, y una de las últimas muestras más sonadas es la polémica de la plaza Camas, donde la falta de aciertos de distintos organismos municipales ha logrado que una plaza cueste cerca de un millón de euros (ver relacionadas). Si Pomares no se entera debería dimitir, por incapaz. Si se entera, debería dimitir, por listo.

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